MADRID • 21 DE DICIEMBRE DE
2012
Investigadores de la Universidad de Adelaida
(Australia) han encontrado pruebas de que la libélula es capaz de realizar
procesos de pensamiento de más alto nivel en la caza a su presa. El
descubrimiento, publicado este jueves en la revista 'Current Biology', es la
primera evidencia de que un animal invertebrado tiene células cerebrales de
atención selectiva, que hasta ahora sólo se ha demostrado en los primates. El
doctor Steven Wiederman y el profesor asociado David
O'Carroll, del Centro de Investigación de Neurociencia de la Universidad de
Adelaida han estado estudiando la visión de los insectos durante muchos años.
Usando una sonda de vidrio pequeño con una punta de sólo 60 nanómetros de
ancho, unas 1.500 veces más pequeña que el ancho de un cabello humano,
descubrieron la actividad neuronal en el cerebro de la libélula que permite
esta atención selectiva.
En concreto, los investigadores encontraron que
cuando se presenta más de un objetivo visual, se producen cerraduras en las
células del cerebro de la libélula hacia una diana y se comportan como si los
otros objetivos no existen. "La atención selectiva es fundamental para la
capacidad de los humanos de seleccionar y responder a un estímulo sensorial en
presencia de distracciones", explica el doctor Wiederman. Y pone como
ejemplo a los jugadores de tenis, que tienen que distinguir una pelota pequeña
que viaja a casi 200 kilómetros por hora entre la multitud, por lo que para
golpearla necesita atención selectiva. "Precisamente cómo funciona esto en
los cerebros biológicos sigue siendo poco conocido y ha sido un tema candente
en la neurociencia en los últimos años", afirma.
El profesor O'Carroll dice que esta actividad
cerebral hace que la libélula sea un depredador más eficiente y eficaz.
"Lo que es emocionante para nosotros es que esta es la primera
demostración directa de algo relacionado con la atención selectiva en los seres
humanos que se muestran en el plano neuroal de un invertebrado", destaca,
tras señalar que estudios recientes revelan mecanismos similares en el cerebro
de los primates "No esperábamos encontrar algo tan sofisticado en los
insectos humildes de un grupo que ha estado alrededor de 325 millones de
años--celebra O'Carrol--. Creemos que nuestro trabajo será de interés para los
neurocientíficos e ingenieros por igual, porque se podría utilizar como un
sistema modelo para la visión robótica. Debido a que el cerebro de los insectos
es simple y accesible, el trabajo en el futuro nos permitirá comprender
cabalmente la red subyacente de las neuronas y copiarlo en robots
inteligentes".
Fuente: Europa
Press
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