TECOH • 7 DE FEBRERO DE 2011
En una corrida posiblemente sin precedentes en la
fiesta brava nacional y mundial, un sacerdote se convirtió en matador de
reses bravas, al participar en una corrida en esta pequeña localidad
yucateca, de donde salió a hombros, junto con el alcalde local y
con dos orejas (del toro), como trofeo. Así, el padre Raymundo Pérez
Bojórquez, dejó la sotana en el armario y tomó el capote y la espada para
participar en el festejo, junto con el edil Joel Díaz Achach y robarle cámara
al famoso novillero local Michelito Lagravere Peniche y a su hermanito André,
en esta localidad distante unos 40 kilómetros al sur de Mérida.
Ante un lleno en la plaza construída de palos y con
la gobernadora Ivonne Ortega Pacheco como testigo, el padre Pérez
Bojórquez partió plaza y se sumó al festejo que fue realizado, de acuerdo con
el organizador, Michele Lagravere en beneficio de la parroquia
yucateca de Sotuta. Las corridas de pueblo, parte de la idiosincrasia yucateca,
tuvieron de esta manera un ingrediente inédito con el lote de novillos de las
ganaderías de "El Cerrito" y "San Salvador", que fueron
toreados y aprovechados por el presbítero, el edil, quien también se llevó dos
apéndices, los Lagravere y alumnos de la escuela local de rejoneadores.
En lo taurino, de acuerdo con Michele Lagravere,
padre de los dos pequeños toreritos yucatecos, el ganador fue su primogénito
Michelito, con dos orejas y un rabo, mientras que André se llevó dos
auriculares. Los rejoneadores dieron, a su vez, vuelta al rueda, recibiendo
como sus demás alternantes, incluído el padre Pérez Bojórquez, una fuerte
ovación, de unas 3, 500 personas la tarde-noche de ayer, según Lagravere. Al
término, sacerdote y edil, fueron paseados en hombros ante el público,
muchos de ellos asiduos fieles a las misas de Pérez Bojórquez, al que hoy
vieron en una nueva faceta de su personalidad.
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