Por: Stephen Leahy
UXBRIDGE, CANADÁ
• 18 DE MARZO DE 2011
Un desastre nuclear peor que el accidente de
Chernóbil en 1986 podría estar gestándose en Japón, donde cientos de toneladas
de combustible atómico altamente radiactivo se hallan a cielo abierto y podrían
incendiarse, contaminando la atmósfera. Muchos países han aconsejado a sus
ciudadanos que abandonen Japón.
"Esto es territorio desconocido. Hay 50
por ciento de posibilidades de que pierdan los seis reactores y sus estanques
de almacenamiento", dijo Jan Beyea, físico nuclear en la firma consultora
estadounidense Consulting in the Public Interest.
"Estoy sorprendido de
que la situación no se haya agravado más rápido… Pero si no hay avances será
cuestión de días antes de que el combustible usado se derrita", dijo Ed
Lyman, físico en la Unión de Científicos Comprometidos y experto en diseño de
plantas nucleares.
La central de Fukushima Daiichi, en el oriente de Japón, fue
dañada por un poderoso terremoto y un tsunami el 11 de este mes. Se calcula que
hay unas 1.700 toneladas de combustible atómico usado pero todavía peligroso en
los estanques de almacenamiento cercanos a los seis reactores, según Kevin
Kamps, especialista en desechos radiactivos de la organización ambientalista
estadounidense Beyond Nuclear.
Los estanques mantienen desde hace 30 o 35 años
combustible usado en los reactores número tres y cuatro, pero han perdido
capacidad de contención y la mayor parte, si no toda, de su agua refrigerante.
Podrían incendiarse, lanzando partículas radiactivas a la atmósfera, dijo Kamps
a IPS. El jueves, helicópteros militares japoneses protegidos con plomo
lanzaron agua de mar sobre los reactores tres y cuatro, en un desesperado y
riesgoso esfuerzo por enfriarlos.
Si parte del combustible gastado se incendia
y propaga, enormes áreas de Japón "podrían quedar contaminadas con
Cesio-137 por 30 o 50 años", dijo Beyea a IPS. El Cesio-137 permanece
radiactivo por más de cien años. Es una conocida fuente de cáncer y tiene otros
impactos en la salud. Una vez liberado, es muy difícil de controlar. El cesio
es la razón por la cual gran parte de la región donde se produjo la explosión
de Chernóbil, en lo que hoy es Ucrania, sigue siendo inhabitable 25 años
después.
Un estudio se salud realizado en 2010 por la
estadounidense Universidad de Carolina del Sur mostró que los niños y niñas que
nacieron luego del desastre, incluso a más de 75 kilómetros de distancia,
tenían problemas crónicos en sus pulmones debido a la presencia de Celsio-137
en las partículas de polvo y en el suelo. "Las partículas de cesio fueron
desparramadas cientos de millas durante el fuego intenso de Chernóbil",
explicó Kamp.
En comparación, Chernóbil tenía en total 180 toneladas de
combustible nuclear, mientras que Fukushima Daiichi cuenta con 560 toneladas en
sus reactores, más 1.700 de combustible gastado. "La industria nuclear de
Japón y de Estados Unidos sabían que la pérdida de refrigerante en los
estanques de almacenamiento de combustible usado constituiría un grave
problema, pero simplemente dijeron que nada pasaría", señaló Beyea,
co-autor de un estudio en 2004 sobre este mismo tema para el Consejo Nacional
de Investigaciones de la Academia Nacional de Ciencias estadounidense. Al haber
trabajado en la industria, Beyea dijo estar convencido de que ésta es
administrada por ingenieros demasiado confiados en sí mismos que minimizan o
ignoran la probabilidad de desastres.
Los reactores nucleares generan enormes
cantidades de calor, y deben ser constantemente enfriados para impedir que el contenedor
del combustible entre en llamas y que éste se derrita. Ya que una reacción
nuclear no se puede apagar, cuando el combustible usado es sacado de un reactor
aún continúa generando gran cantidad de calor y debe ser enfriado bajo agua
durante entre cinco y 20 años.
Todos los reactores tienen estanques de
almacenamiento con gruesas paredes reforzadas de concreto, ubicados a unos 15
metros de profundidad, conteniendo unos 1,5 millones de litros de agua. Esta
agua pronto se calienta y debe ser constantemente reemplazada por otra fría. La
pérdida de electricidad y las fallas de los generadores de respaldo en
Fukushima Daiichi limitaron el flujo de agua a los estanques de almacenamiento
y los reactores.
Los niveles de radiación dentro de la planta ahora han subido
tanto que es peligroso para los trabajadores seguir allí bombeando agua marina.
Lo habitual es usar agua potable, porque el agua marina contiene sales que a la
postre degradan los metales. Pero ésta es una emergencia. La radiación alcanza
niveles mortales cuando no hay suficiente agua para cubrir un estanque de
almacenamiento, explicó Kamps. "Será muy difícil acercarse lo suficiente
para enfriar los estanques", admitió. "Si lo peor sucede, y se
incendian los seis estanques, será un desastre inimaginable. Podría ser peor
que Chernóbil", alertó.
La cantidad de cesio que podría ser liberada en
Fukushima es muchos miles de veces más que la propagada por la bomba sobre
Hiroshima en la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), reconoció Beyea.
"Japón afronta enormes impactos potenciales en su economía, su sociedad y
la salud de su pueblo", dijo, añadiendo que estos podrían durar décadas.
Fuente:
IPS Noticias
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