MADRID •
10 DE JUNIO DE 2010
Un investigador español y un científico paraguayo
han presentado el más completo y detallado estudio europeo sobre el repertorio
de sonidos utilizados por los delfines nariz de botella (Tursiops truncatus)
para comunicarse. El estudio muestra la complejidad y nuestra falta de
comprensión sobre la comunicación de estos mamíferos marinos. Hasta ahora, la
comunidad científica pensaba que los silbidos fueron los principales sonidos
emitidos por estos mamíferos, y no eran conscientes de la importancia y el uso
de los sonidos en impulsos de ráfagas. Los investigadores del Instituto de
Investigación de Delfín mular (BDRI), con sede en Cerdeña (Italia) han
demostrado que estos sonidos son vitales para la vida de los animales sociales
y espejo de su comportamiento.
"Sonidos de ráfagas de impulsos se utilizan
en la vida de los delfines nariz de botella para socializarse y mantener su
posición en la jerarquía social con el fin de prevenir los conflictos físicos,
y esto también representa un ahorro significativo de energía", declaró
Bruno Díaz, autor principal del estudio e investigador en el BDRI, dijo. El
estudio, publicado por la editorial Nova Ciencia en el libro 'Delfines:
comportamiento anatomía y amenazas', presenta el repertorio más completo jamás
obtenido de estos sonidos en impulsos de ráfagas y silbidos, reunidos con
bioacústica desde 2005 en las aguas de Cerdeña (Italia), informa el SINC. Según
los expertos, los sonidos de silbidos tonales (los más melodiosos) permiten a
los delfines permanecer en contacto unos con otros (sobre todo las madres y los
hijos), y coordinar las estrategias de caza.
Los sonidos en impulsos de ráfagas
(que son más complejos y variados que los silbidos) se utilizan "para
evitar la agresión física en situaciones de gran excitación, como cuando están
compitiendo por el mismo pedazo de comida, por ejemplo", explica Díaz.
Según Díaz, este comportamiento "hace posible que cada individuo mantenga
su posición en la jerarquía". El "menos dominante" se aleja un
poco con el fin de evitar la confrontación. "Lo sorprendente de estos
sonidos es que tienen un alto nivel de unidireccionalidad, a diferencia de los
sonidos humanos. Un delfín puede enviar un sonido a otro que lo ve como un
competidor, y éste sabe claramente que se está dirigiendo hacia él",
explica el científico español.
Fuente: Europa Press
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