Por: Eduardo Lliteras Sentíes
MÉRIDA, YUCATÁN
• 5 DE MAYO DE 2010
Un tigre siberiano se pasea tras las rejas en el
Centenario. Es la reciente adquisición del Ayuntamiento de Mérida. Este hermoso
animal, en vías de extinción, ha sido llevado a un lugar donde no tiene las
condiciones adecuadas ni el espacio requerido para vivir. Su compra parece
obedecer a los imperativos electorales de estos días. Sería bueno aclarar si el
animal tiene los permisos correspondientes o cómo o a quién fue adquirido.
Esperamos que no sea fruto del tráfico de especies en vías de extinción.
De
hecho, la adquisición de un tigre blanco para el parque zoológico del
Centenario, a un costo de 35 mil dólares, se da en condiciones no muy
claras y en un contexto sospechoso, pues el Cabildo no fue enterado de esto y
curiosamente se da a dos semanas de las elecciones locales, afirmó en días
pasados el regidor Luis Vela Sosa. El coordinador de los regidores del
PRI, Vela Sosa, hizo un llamado de atención de que la compra de ese felino, no
haya sido anunciada previamente, por lo que el Cabildo desconoce la situación y
los regidores únicamente se han enterado ante hechos consumados, por la
publicación realizada, lo cual debería ser aclarado.
–No se trata de una
crítica vacía, sino que demandamos el correcto ejercicio de la Administración
Municipal, donde la autoridad a cargo asuma finalmente que es un servidor
público y no el dueño absoluto del municipio– detalló.
El tigre blanco, según se publicó, fue adquirido al
zoológico de Culiacán, Sinaloa, con un costo de 35 mil dólares, cifra
importante que debería ser analizada en el Cabildo Meridano. El felino está
siendo exhibido desde este domingo en el zoológico del Centenario, quizá como
una parte de la promoción personal que realiza el Ayuntamiento panista de cara
a las elecciones dentro de dos domingos, comentó Vela Sosa. Lo mismo puede
decirse de los demás animales que han sido trasladados a Animaya.
Esperamos,
insistimos, en que el cambio se traduzca en una indiscutible mejora de sus
hábitats y que no sigan languideciendo en penosas condiciones, las que no son
dignas de una ciudad capital como Mérida. Aquí no se trata de politizar o hacer
campaña a favor o en contra de ningún partido. Pero los ciudadanos no podemos
aceptar el uso electorero de los animales de la ciudad, los que versan, como ya
dije, en condiciones oprobiosas. Tal vez hay quien piensa, en sus afanes por
ganar una elección que se le puede tomar el pelo a la ciudadanía y utilizar a
los animales, aún a costa de dañarlos o maltratarlos. Lo que no podemos
aceptar.
Por último, quisiera decir que urge regular la velocidad con la que
circulan los autos en las colonias de la ciudad. Todos los días aparecen
animales atropellados, perros, gatos, zarigüeyas o iguanos, los que en muchos
casos podrían no morir si manejáramos con mayor precaución. Esos animales
también merecen respeto. No respetarlos, nos degrada. Y además, se pudren a la
intemperie en la ciudad, sin que autoridad alguna intervenga constituyéndose en
focos infecciosos para la salud de la ciudadanía. email: infolliteras@yahoo.com.mx
Fuente:
Revista
Yucatán
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