EL SALVADOR • 12 DE AGOSTO DE 2010
(Terra/BBCMundo) Investigadores en Estados Unidos hallaron nueva evidencia
de que los cultivos genéticamente modificados pueden sobrevivir y prosperar sin
que se les proporcione cuidado alguno -posiblemente- por décadas.
Un equipo de
la Universidad de Arkansas llevó a cabo una inspección en los campos de Dakota
del Norte, en el norte del país, en busca de canola, un cultivo conocido
también con el nombre de colza y que se utiliza para forraje y para la
elaboración de aceite vegetal. Tras revisar distintas regiones del estado,
encontraron genes transgénicos en el 80% de las plantas que crecían de forma
silvestre. Según los investigadores, es muy probable que las modificaciones
genéticas les hayan permitido a las plantas sobrevivir a pesar de los
herbicidas.
Estados Unidos no regula los cultivos modificados porque las
autoridades creen que la transferencia de genes a la naturaleza no es dañina.
La Unión Europea ha sido más cauta en este sentido, aunque una serie de
gobiernos europeos están deseosos de aprobar estas tecnologías. Los resultados
del estudio fueron presentados en el encuentro anual de la Sociedad Ecológica
de EE.UU., en Pittsburgh. “Establecimos once líneas que cruzan el estado, que
consisten en carreteras y demás caminos”, le dijo a la BBC Cindy Sagers, a
cargo del equipo de Arkansas. “Las atravesamos e hicimos un total de 604
paradas en una distancia de 5.000 kilómetros. Hallamos canola en el 46% de los
sitios y el 80% tenía al menos un gen transgénico”. En algunos lugares, las
plantas estaban tan juntas como ocurre en un cultivo. “Encontramos colza
resistente a los herbicidas a la vera de los caminos, en terrenos baldíos, en
tiendas de vegetales y en cementerios”, dijeron los científicos.
La mayoría de
la canola que se cultiva en Dakota del Norte está genéticamente modificada para
ser resistente a los herbicidas de marcas registradas. Las variedades de
Monsanto RoundUp Ready y de Bayer LibertyLink son las favoritas. Dos de las
plantas analizadas contienen genes modificados, resultado de la polinización
cruzada.
Se estima que ésta es la
primera vez que se identificaron plantas genéticamente modificadas creciendo de
forma silvestre en EE.UU. Hallazgos similares tuvieron lugar en Canadá,
mientras que en Japón un estudio llevado a cabo en 2008 descubrió cantidades
significativas de una planta transgénica de la misma familia de la canola cerca
de las zonas portuarias donde se importaron las variedades modificadas.
Lo que
sorprendió al equipo de Arkansas es la ubicuidad de estas variedades
transgénicas en la naturaleza. “Encontramos la mayor densidad de plantas cerca
de los campos agrícolas y las principales rutas”, le dijo Sagers a la BBC.
“Pero también hallamos plantas en el medio de la nada, y en Dakota del Norte,
hay mucha ‘nada’”. Como son muy livianas, las semillas de canola se dispersan muy
fácilmente con el viento o al caerse de los camiones que las transportan.
Según
Alison Snow, una especialista en el tema de la Universidad de Ohio que no
estuvo involucrada en el estudio, las autoridades ya habían anticipado la
existencia de plantas transgénicas fuera de los campos de cultivo, pero no
consideraron que esto fuera un problema.“ Las agencias reguladoras en EE.UU.
esperaban encontrar canola resistente a los herbicidas creciendo en la
naturaleza, así como poblaciones de híbridos interespecíficos”, le comentó a la
BBC. “Con el tiempo, sin embargo, el aumento de los distintos tipos de plantas
silvestres de canola u otras especies resistentes a los herbicidas puede
dificultar su control mediante el uso de herbicidas”.
En EE.UU. los cultivos
transgénicos no están bajo una regulación especial a menos que se haya
demostrado que existan diferencias entre ellos y su equivalente convencional. Esto
contrasta con el régimen que existe desde hace una década en la Unión Europea
(UE). Aunque recientemente la Comisión Europea recomendó que cada país tome sus
propias decisiones sobre si permitir o no estos cultivos dentro de su
territorio, una vez que la UE les de el visto bueno en cuanto su impacto en el
medio ambiente y la salud.
Fuente: Diario
CoLatino
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