CIUDAD DE MÉXICO • 18 DE MAYO DE 2010
El manatí, un mamífero sirénido habitante de
estuarios del Golfo de México, es la especie que está más amenazada por los
millones de litros de petróleo derramados tras el hundimiento de una plataforma
de British Petroleum en aguas del Atlántico. Esta especie está protegida y
figura dentro de las especies en peligro de extinción. Según el biólogo del
Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la Universidad Nacional Autónoma
de México (UNAM), Felipe Amezcua, este mamífero "consume gran cantidad de pastos marinos, que son muy susceptibles
a los compuestos del petróleo y que podría causarles un envenenamiento
progresivo".
El investigador señala que otras especies que están
en riesgo son peces como "atunes, barrilete, bonito, sierra; algunos
tiburones pelágicos; reptiles como tortugas, del tipo laúd, lora y carey; aves
como cormoranes, gaviotas, flamingos; mamíferos principalmente delfines y
algunos palmípedos (focas y similares); y otras especies que normalmente hacen
escala en las costas de Florida y la cuenca del Mississippi". La semana
pasada, la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat)
iniciará un monitoreo de las especies migratorias en el norte del Golfo de
México, ante la contaminación que provocó un derrame de crudo en costas de
Estados Unidos.
Elvira Quesada comentó que junto a la Comisión
Nacional para el Conocimiento y el Uso de la Biodiversidad (Conabio) y la
Conanp, monitorearán para verificar si hubiera afectación en las especies
migratorias -puso especial énfasis en las tortugas lora- de la zona norte del
Golfo de México que llegan a los estados costeros, como Tamaulipas y Veracruz.
Amezcua refiere que el derrame no sólo afectará a las tortugas, pues "las aves pueden ser más susceptibles,
ya que al impregnarse su plumaje del petróleo no soluble (chapopotes), además
del impedimento físico, se ven imposibilitadas de volar y e introducirse en el
agua para alimentarse y por lo tanto mueren al poco tiempo".
Ante esto, el maestro en Ciencias del Mar aseguró
que lo sucedido en el Golfo de México en la parte Norte "indudablemente afecta a la cadena alimentaria", pues
"se originan cambios sustanciales,
dentro de los mas importantes es la sucesión de especies, es decir, que
animales o plantas que no han sido afectadas toman el lugar o sitio ecológico
de las que fueron severamente dañadas o bien de las que desaparecieron del
todo, no precisamente por extinción sino que se desplazaron a otras zonas mas
propicias". Dado que los chapopotes son compuestos altamente complejos
y estables que prácticamente nunca llegan a degradarse del todo, el
especialista estima que calcular el daño ambiental será difícil, pero que
serían necesarios estudios poblacionales de las diferentes especies para
hacerlo.
Fuente:
El Universal
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