viernes, 9 de noviembre de 2012

La Zarigüeya, el único marsupial de Norteamérica


MIAMI    22 DE NOVIEMBRE DE 2009
De todos los animales silvestres que se han desplazado a los suburbios por la pérdida de hábitat, la zarigüeya (opossum) es la que más ha sufrido por su parecido a la rata. Pero su inevitable presencia en nuestros barrios hace necesario conocer un poco más de este animal tan beneficioso y así perder el miedo cuando llegue ese encuentro. La zarigüeya es una animal tímido e inofensivo que evita los encuentros con otros animales y con humanos. Ahora bien, si la atacan o acorralan, esta criatura tiene muchos dientes, y al igual que sucede con cualquier animal silvestre, podría morder. Sin embargo, si este hecho raro ocurriera, los opossums no son portadores de rabia.
En Suramérica hay unas 60 especies de zarigüeyas, desde las más pequeñas (del tamaño de un ratoncito), a las más grandes, del tamaño de un gato. En Estados Unidos sólo hay una especie: el American Opossum (Didelphidae), que de adulto alcanza de 15 a 20 pulgadas de largo y de 9 a 13 libras de peso. Si ese encuentro sucede y usted no sale corriendo y gritando que hay una rata grandísima por los alrededores, mantenga la calma y mírela bien (si es que el animal no salió huyendo o se escondió). Su pelaje es gris, tiene las patas cortas y el hocico largo; la cola es larga y sin pelos. Pretenda que no la vio y no la moleste. No es una rata y no la va a morder.
Estos marsupiales –de la familia delos kanguros y los koalas– son solitarios y nocturnos y rara vez se quedan en un área por más de una noche. Las hembras paren dos veces al año. Cuando las crías nacen, son tan pequeñas como un renacuajo y al salir automáticamente se refugian en la bolsa externa que tiene la madre en el vientre, donde se alimentan y viven por unas 10 o 12 semanas. A los tres meses de edad, salen y se agarran del lomo de la madre, andando con ella dondequiera. A veces esos bebés se caen y muchas personas cuando los encuentran los llevan a los centros de rehabilitación, o incluso a casa, donde los alimentan con gotero. Hay quienes los crían como mascotas al igual que los hurones.
Es común encontrar a zarigüeyas en las calles y carreteras que han sido arrolladas por vehículos, a veces llevando a sus pequeñas crías en la bolsa. Muchos bebés se ha salvado por la ayuda de personas amantes de la vida silvestre que transportan a la madre con los bebitos a los centros más cercanos de rehabilitación. Las zarigüeyas son quizás los animales más fascinantes y bebeficiosos de todos los que habitan las zonas urbanas. Comen roedores e insectos y carroña (restos de animales muertos) por lo que mantienen el ambiente limpio y libre de olores.
Fuente: El Nuevo Herald
(actualmente el link no se encuentra disponible)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...