lunes, 22 de octubre de 2012

Los delfines, como los humanos, usan nombres propios para llamarse entre sí





MADRID 12 DE MAYO DE 2006
Dicen que sólo se sabe lo que se sabe decir. Pues bien: los delfines dicen sus nombres y los de sus familiares. Una vez más, queda demostrado que estos mamíferos acuáticos albergan rasgos propios de la inteligencia. Tres años de análisis del equipo de Vincent M. Janik -de la Universidad de Saint Andrews (Escocia)- han confirmado que, desde la infancia, estos mamíferos empiezan a desarrollar un aprendizaje vocal que mantendrán el resto de su vida.
La investigación se realizó en aguas de Florida, con delfines «bottlenouse» («nariz de botella»). Los científicos grabaron los sonidos de los delfines. A continuación, mediante un sintetizador, despojaron esos silbidos de sus características individuales de voz, manteniendo la forma de modulación de la frecuencia. Hecho esto, reprodujeron con altavoces submarinos los sonidos alterados a un grupo de catorce delfines. Algunos de los sonidos grabados eran de familiares de los delfines que fueron expuestos al ruido. Nueve de los catorce mamíferos que los escucharon se dieron la vuelta hacia los altavoces con más frecuencia que cuando se estaban emitiendo los «mensajes» de delfines que no eran de su familia. Esto demuestra que la especie descodifica el contenido del mensaje, no sólo el tono.
Los únicos además del ser humano
La mayoría de los animales codifica alguna información de identidad en sus sonidos, que puede dar detalles de la especie, la población, el grupo o la línea familiar. Muchas especies se comunican con el objeto de transmitir señales de socorro o para mantener el contacto con su grupo en situaciones de amenaza. Los pingüinos, por ejemplo, utilizan este sistema para mantener su grupo cohesionado, pero todos los individuos de la especie usan el mismo tipo de llamada. Laela Sayigh, de la Universidad de North Carolina (EE.UU.), ya había conducido un estudio que probó que los delfines podían reconocer a miembros de su misma especie, pero esa discriminación podía basarse simplemente en características de sus sonidos. Tras el análisis de Janik se ha puesto de manifiesto que, además, estos mamíferos acuáticos pueden transmitir información individual de identidad.
Este desarrollo de tipos distintivos de llamadas requiere un aprendizaje. Copian los silbidos unos de otros. Así, a los «bottlenose» se les puede enseñar a usar señales artificiales para referirse a los objetos. El director de la investigación ha asegurado, ante tal hallazgo, que los delfines «han sido capaces de desarrollar habilidades similares a las que tienen los seres humanos». «Son los únicos animales -asegura su estudio-, además de los humanos, de los cuales se ha demostrado que pueden transmitir información identificatoria con independencia de la voz de quien la emite».
Las peculiaridades de estos animales han sido aprovechadas en múltiples ocasiones por el ser humano. En 1988, al psicólogo David Nathanson empezó a darse baños con estos cetáceos para tratar su depresión. A raíz de esta experiencia, se ha desarrollado la «delfinoterapia», que consiste en utilizar delfines en programas terapéuticos para personas con deficiencias. Conforme pasa el tiempo, estos mamíferos siguen maravillando al ser humano. Ahora se ha demostrado que tienen su propio lenguaje identificatorio. ¿Con qué nos sorprenderán mañana?
Fuente: ABC

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