viernes, 26 de octubre de 2012

Michael Vick, sentenciado a 23 meses de prisión por organizar peleas de perros



RICHMOND  •  10 DE DICIEMBRE DE 2007
El quarterback Michael Vick, de los Halcones de Atlanta, fue sentenciado a 23 meses de prisión por su responsabilidad en la organización de peleas de perros. El jugador de la liga estadunidense de futbol americano (NFL, por sus siglas en inglés), quien se había declarado culpable el 24 de agosto por los cargos de conspiración en los combates de perros, recibió la sentencia del juez de distrito Henry Hudson. La confesión del delito ante la corte federal le permitió disminuir la condena, que podía haber sido hasta de cinco años. Por el mismo delito de crueldad fueron sancionados anteriormente Purnell Peace y Quanis Phillips, ambos colaboradores de Vick, a 18 y 21 meses de cárcel, respectivamente. 
Usted necesita disculparse con los millones de jóvenes que lo admiraban, argumentó el juez Hudson a Vick, quien respondió con un lacónico: “sí, señor”. Meses atrás, Vick había rechazado su responsabilidad por el delito de organizar peleas de perros, cuando agentes federales allanaron por segunda ocasión su propiedad en la ciudad de Richmond, en el estado de Virginia, con el propósito de encontrar pruebas relacionadas con las peleas caninas. “Me siento culpable por todo lo que he hecho y he permitido que pase”, señaló el mariscal de campo. “Estoy abochornado y tomo la responsabilidad por las acciones y consecuencias”, dijo el jugador, al reconocer más tarde su culpabilidad. Decenas de activistas en favor de los animales esperaron afuera de la corte, con pancartas que mostraban canes heridos y las frases: “los perros merecen justicia” y “denuncien a los que usan a los perros en peleas”.
Contribuyó con dinero
Vick admitió en agosto que respaldaba los Bad News Kennels, una operación de peleas de perros que se llevaban a cabo en su propiedad de 15 acres en el sureste de Virginia, y también que contribuyó con dinero para apuestas. A los encuentros asistían personas de Carolina del Norte y del Sur, Maryland, Nueva York, Texas, entre otros estados. Como resultado de las investigaciones, que incluyeron una retroexcavadora para dragar un pozo de más de 10 pies, las autoridades federales lograron acusar al jugador por sus vínculos con la peleas clandestinas de los canes. 
De acuerdo con las pesquisas, los involucrados transportaban, entregaban y recibían perros para el sádico espectáculo, que culminó con la incautación de más de 40 perros Pit bulls, además de equipos, implementos y utensilios relacionados con ese fin. La propiedad de Vick era la “sede principal de albergue y entrenamiento para las peleas”, refiere el informe a la corte, que precisa que “los combates se efectuaban en la tarde, noche o madrugada”, en las cuales los espectadores apostaban “cientos de miles de dólares”, que también ganaba el perro vencedor. Antes de los malsanos enfrentamientos, los canes eran bañados para lavar cualquier veneno o narcótico que se hubiera aplicado en su cuerpo, con el propósito de debilitar a los contrarios. Igualmente, señalan que los dueños no alimentaban a los animales, para “incrementar su ferocidad a la hora de morder al rival”. Las peleas finalizaban cuando un animal moría o se rendía, resultado que en el segundo caso desembocaba en el fin de su vida por diferentes métodos de sacrificio. 
 Fuente: La Jornada

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