VITORIA | 24 DE DICIEMBRE DE
2013
El Ayuntamiento de
Vitoria restringirá esta Nochevieja a quince minutos (de 00.00 a 00.15) la
posibilidad de usar material pirotécnico en las calles de la ciudad, una medida
que se ha adoptado «en beneficio de la seguridad de las personas, bienes y
animales». El Ayuntamiento publicó el viernes un bando que únicamente
permite el lanzamientos de artículos pirotécnicos en zonas de aire libre,
respetando las instrucciones y distancias mínimas de seguridad, y en el que se
exige superar la edad permitida en cada categoría, pero acota su uso a ese
espacio temporal.
Tras conocerse esta
decisión, la Asociación Trato Ético Animal (ATEA) ha mostrado su agradecimiento
al consistorio vitoriano por haber pensado en los animales y haber restringido
el uso de cohetes con motivo de las fiestas navideñas. En un comunicado, ATEA
ha recordado que «el estallido de material pirotécnico supone un trauma para muchos
animales» por lo que se ha felicitado por esta medida.
El Ayuntamiento reconoce
en su bando que es tradicional que algunos de los ciudadanos y ciudadanas de
Vitoria «celebren la entrada del Año Nuevo con la utilización y/o el
lanzamiento de diversos artificios pirotécnicos (petardos, tracas, cohetes,
bengalas...)». A renglón seguido, se resalta la necesidad de «compaginar» esta
«legítima celebración» con la citada seguridad de personas, bienes y animales. Fuera
del espacio temporal acordado «se podrá llevar a cabo la intervención municipal
establecida en el artículo 30 de la Ordenanza municipal contra el Ruido y las
Vibraciones», agrega el alcalde en su comunicación oficial. Este artículo
señala que la Policía podría reclamar a los infractores una conducta cívica,
pero también que podría abrir expedientes sancionadores si lo estiman oportuno.
La prohibición o
restricción de los petardos en Nochevieja ha sido una reclamación habitual del
colectivo animalista de Vitoria, que ha puesto en evidencia en lios últimos
años el sufrimiento y el trauma al que se ven conducidas las mascotas por estas
explosiones callejeras.
En otras ocasiones, ATEA
ha manifestado «comprender» que con motivo de determinadas festividades la
gente «desee manifestar su júbilo mediante este tipo de comportamientos», pero
no acepta que «tal actitud no se atenga a límites razonables». «Quizá a un
sector de la población le agrade esta forma de celebración en extremo ruidosa,
pero para la mayoría de los perros con quienes convivimos -más de 100.000 en
todo Euskadi, que además forman parte de nuestra familia emocional- supone una
experiencia por completo traumática, al punto de que muchos de ellos huyen
despavoridos al percibir la explosión de los artefactos», describen desde esta
sociedad. Según cuentan, «son numerosos los perros que comienzan el año en
centros de acogida tras extraviarse después de salir huyendo aterrorizados por
el susto recibido, e incluso se han dado caso de atropellos y accidentes
viales».
Fuente: Diario
Vasco
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