BRASIL • 5 DE DICIEMBRE DE 2012
El gobierno brasileño reglamentó la pesca de los
tiburones y de las rayas para impedir métodos crueles como los utilizados por
algunos pescadores que le cortan la aleta a los animales y los devuelven al mar
vivos pero mutilados. La reglamentación fue establecida en la
Instrucción Normativa Interministerial número 14, publicada el martes por el
Diario Oficial de la Unión, según un comunicado del Ministerio de Medio
Ambiente. Se trata de una medida que convierte a Brasil en uno de los pioneros
mundiales en la protección de estas especies, según el Ministerio.
La nueva legislación exige que los tiburones y rayas
que sean desembarcados en puertos brasileños o capturados en aguas
jurisdiccionales del país o por embarcaciones nacionales tengan sus aletas
naturalmente adheridas al cuerpo. La medida prevé sanciones para los pescadores
que desembarcan tan sólo con las aletas de los tiburones, la parte más
demandada de los animales debido a su uso como principal elemento de una soma
muy consumida en países asiáticos.
Según cifras divulgadas por el Ministerio, se
calcula que en el mundo son cazados anualmente cerca de 100 millones de
tiburones y que el 70 por ciento de los mismos son destinados a los
restaurantes que ofrecen la sopa de aleta y al comercio de cartílagos. En las
aguas jurisdiccionales brasileñas, según las mismas estadísticas, son
capturados entre 1.500 y 2.000 toneladas de tiburón azul, uno de los más
demandados por sus aletas, y entre 10.000 y 12.000 toneladas de las demás
especies de tiburón, así como 7.000 toneladas de rayas marinas. El método de
pesca más usado para la captura de tiburones y rayas es el que utiliza varios
anzuelos con su carnada presos a boyas y sujetos por una misma línea. Pero este
método también facilita la captura accidental de diferentes especies
amenazadas.
La pesca indiscriminada de los tiburones tiene en
las lista de peligro de extinción, en menor o mayor grado, a 38 de las 88
especies de tiburón conocidas en Brasil. "La nueva norma, por esa razón,
es muy importante para la conservación de este grupo de animales ya que mejora
el control de la práctica cruel de cortarle las aletas al animal y devolverlo
al mar mutilado y muchas veces vivo", festejó la gerente de Biodiversidad
Acuática y Recursos Pesqueros del Ministerio de Medio Ambiente, Mónica Brick
Peres. Brasil es uno de los primeros países en prohibir esta práctica que es
criticada por varias naciones.
Fuente:
Pueblo en Línea
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