miércoles, 21 de agosto de 2013

Se acabó la Iniciativa Yasuní-ITT


Por: Eliécer Cárdenas
ECUADOR | 20 DE AGOSTO DE 2013
El archivamiento de la Iniciativa Yasuní-ITT fue en realidad la crónica de un fracaso anunciado porque desde el inicio, en opinión de analistas y ecologistas no “infantiles”, el proyecto nació patojo, cuando se hizo lo del “mendigo con garrote” al solicitar los miles de millones para dejar el apestoso y contaminante petróleo debajo del maravilloso Parque de Yasuní siempre y cuando – allí estaba la cosa “se caigan” los países ricos y contaminadores del medioambiente con las “guitas”.  Esto pareció al Gobierno impecable,inmensamente ecológico y justo.
Mas a nivel internacional la propuesta no caló, por varias razones, primero, olieron a “viveza criolla” latina lo de no explotar jamás de los jamases tan ricas reservas de “oro negro”, y del otro lado el mismo país daba indicios de que Yasuní-ITT era puro tongo, cuando avanzaba la Refinería del Pacífico que en sus planes y cuentas metía la producción de Ishpingo, Tiputini y Tambococha.
Se dijo que “el mundo le ha fallado a la iniciativa”.  Caramba, eso es excesivo decir, mejor hacerse humildemente un examen de conciencia para ver en qué y por qué falló la célebre Iniciativa, y ver si existía de verdad una invitación sincera en eso de preservar la riqueza ecológica de Yasuní, la única riqueza que vale por sobre millones de barriles de “oro negro”, porque el petróleo se acaba en dos por tres y la atmósfera debe durar siempre si no se quiere que ya no tengamos seres humanos en poco tiempo, así de simple, sin “ecologismos infantiles”.
En realidad, el fracaso de la Iniciativa Yasuní-ITT muestra los límites de la ecología oficial.  Claro que “primero está el ser humano” pero bajo ese argumento se han cometido y cometen todas las barbaridades contra el medio ambiente, sin reparar que solamente tenemos un planeta no reciclable y que pensar en sólo una o dos generaciones después de nosotros es egoísta.
Los posibles países donantes del dinero no se “mosquearán” para nada por el fracaso de la Iniciativa, pero de hecho sí se afectará a Yasuní, aunque se prometa utilizar en la explotación del crudo el área solamente del uno por 1.000.  Ojalá fuera así, pero la experiencia mundial enseña que el petróleo devora selvas, contamina ríos, mata lentamente pueblos originarios.  Si no es así, que lo diga la Chevron.  Los derrames de crudo son cosas imprevistas que ni el mejor sistema de prevención hasta ahora ha podido evitar.  ¿Verdad, “ecologistas infantiles”?.
Fuente: El Tiempo 

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