PARIS | 13 DE OCTUBRE DE 2009
Francia
se siente un poco menos orgullosa de su poderosa industria nuclear tras hacerse
público que buena parte sus residuos se almacenan a cielo abierto en Siberia.
Lo insinuaba Greenpeace desde hace años, pero ha sido la prensa gala la que ha
descubierto el itinerario por tierra y mar de los desechos desde sus centrales
nucleares hasta el corazón de Rusia. También aporta cifras: 13% de los residuos
radiactivos de la compañía EDF, unas 108 toneladas de uranio anuales, se apila
en las instalaciones de Seversk, una ciudad “prohibida” situada a unos 8.000 km
de distancia de París. Antes de quedar expuestos a la intemperie como muestra
en fotos difundidas por la prensa, los materiales son tratados en un complejo
atómico. AREVA, la compañía francesa que se ocupa de los desechos de EDF,
afirma que en 3 años estará en condiciones de tratar todos los residuos
radiactivos nacionales. Los ecologistas denuncian que las prácticas actuales
son contaminantes y muy peligrosas, pues los convoyes radiactivos pasan
“secretamente” junto a decenas de pueblos y ciudades. Greenpeace descubrió el
primero en 1984, cuando un carguero francés que se dirigía a Riga con residuos
atómicos naufragó frente a las costas belgas.
Fuente: EuroNews
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