ESPAÑA • 13 DE ENERO DE 2010
Un equipo de científicos de Israel, Austria y
Estados Unidos ha descubierto que el pez raya de agua dulce posee un nivel de
inteligencia "equiparable al
de mamíferos, reptiles y aves",
pues es capaz de moverse y utilizar las corrientes de agua como herramientas
"eficaces" para superar diversas pruebas como extraer un plato de
comida escondido en un tubo de plástico. La investigación, que recoge la BBC,
pretendía probar la capacidad para resolver problemas de un grupo de estas
especies cautivas en América del Sur. Para ello, los miembros del equipo
establecieron una serie de pruebas bajo el agua que los peces debían resolver y
que demostraron que, en contra de lo que se creía, tienen intelecto. Según
explican los expertos en la publicación Animal Cognition, las rayas de agua
dulce (castexi Potamotrygon), que
pueden encontrarse en muchas aguas tropicales, como el río Amazonas, están
relacionadas con sus parientes del océano. Al igual que los tiburones, tienen
esqueletos de cartílago, en lugar de los óseos de los peces 'teleósteos' con
los que están relacionados "en
menor medida". "En el pasado, la ciencia suponía que los peces
cartilaginosos tenían unas capacidades cognitivas limitadas, pero eso era, en
buena parte, porque resultaban difíciles de estudiar", asegura el director
del estudio y doctor de la Universidad Hebrea de Jerusalén (Israel), Michael
Kuba.
Un flujo
de agua que atrae el alimento
Los científicos también evaluaron si estos peces
podían distinguir entre los extremos blancos y negros de una sonda y
concluyeron que, no sólo realizaban las tareas correctamente, sino que eran
capaces de mostrar una serie de estrategias distintas para resolver estos
problemas y obtener las recompensas ocultas. "Las rayas manipulan sus cuerpos para crear un flujo de agua que
transporta el alimento hacia ellas", explica el experto. No obstante,
es conocido que otras especies marinas utilizan el agua de una manera similar.
Es el caso del 'pez arquero', un teleósteo que dispara chorros de agua de su
boca para atraer a su presa desde las hojas de la superficie del agua en las
que se esconden. "Se sirve del agua como si fuera un proyectil para cazar
insectos, igual que hacen las rayas para desatascar los restos de alimentos que
quedan entre las plantas de la superficie", concluye Kuba.
Fuente:
Europa
Press
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