MÉXICO | 28
DE ENERO DE 2010
Mientras
el gobierno federal acaba de autorizar el consumo humano y animal de cinco
variedades de maíz transgénico –cuatro de Monsanto–, intelectuales se sumaron
al rechazo a la entrega de 28 permisos para el cultivo experimental de este
grano en territorio nacional, pues estudios internacionales han documentado
daños a la salud. La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos
Sanitarios (Cofepris), dependiente de la Secretaría de Salud, expidió ocho
autorizaciones sanitarias para la importación y comercialización de organismos
genéticamente modificados para uso y consumo humano y animal, así como para
procesamiento industrial, informó Agro Bio. Los autorizados son cinco
desarrollos de maíz, uno de algodón, uno de soya y uno de alfalfa. Agro Bio
precisó que con la aprobación de estos productos, en total son 77 los que están
permitidos para que sean consumidos en el país.
Estudios
internacionales
Por su
parte, Greenpeace recordó que hace unas semanas a escala internacional se
dieron a conocer estudios científicos elaborados por el Comité Independiente
para la Investigación e Información sobre Ingeniería Genética (Criigen) que
alertaron sobre daños en hígado y riñones de mamíferos derivados del consumo de
variedades de maíz transgénico. Por ello, consideró la organización, las
autoridades deben aplicar el principio precautorio, para prevenir o detener
mayores efectos negativos en el ambiente, la agrobiodiversidad y la salud
humana y animal.
Asimismo,
rechazó que los cultivos transgénicos traigan consigo mejores condiciones para
los agricultores, ya que la patente de las semillas está en manos de empresas
monopólicas, como Monsanto, que detenta 90 por ciento de las semillas de este
tipo en el mundo y es el promotor directo e indirecto de 28 de las 31
solicitudes de siembras experimentales de maíz transgénico en el país. Agregó
que los experimentos no favorecen la investigación pública, ya que los
científicos no tienen acceso para recolectar datos, debido a que las empresas
controlan gran parte de la investigación por medio de las patentes y los candados del
secreto comercial.
Greenpeace
refirió que a pesar de que la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de
la Biodiversidad (Conabio) alertó a las autoridades en el estudio Origen
y diversificación del maíz acerca del riesgo de contaminación que
representa el transgénico para el país –centro de origen y diversidad genética
del grano–, se otorgaron permisos de liberación al ambiente de variedades de
este tipo. La organización ambientalista explicó asimismo que el rechazo al
cultivo experimental de maíz en México lo han expresado científicos, productores
y ambientalistas, así como artistas e intelectuales, entre ellos Elena Poniatowska, Carlos Monsiváis, Bruno
Bichir, Julieta Egurrola, Jesusa Rodríguez, Liliana Felipe, Cecilia Suárez,
Vanessa Bauche y Laura Esquivel.
Fuente: La Jornada
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