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MADRID • 21 DE NOVIEMBRE DE 2012
Patos muertos en unas instalaciones sin filtrado de
aire ni ventanas, cabezas de aves dentro de los bebederos, patos con el
pico roto obligados a seguir alimentándose, animales con infecciones oculares
encerrados en jaulas y sin poder moverse. Estas son las condiciones en
las que desarrolla sus actividades la granja Caracierzos S.L., la segunda más
grande de producción de foie gras en España, según ha podido
documentar la organización Igualdad Animal, que hoy ha presentado una denuncia
contra sus prácticas a través del registro general del Ministerio de
Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente por "incumplir la normativa
europea".
El caso no es nuevo. La organización por los
derechos de los animales ha denunciado en total 17 granjas similares
en toda España, pero en esta ocasión se trata de una de las de mayor
repercusión. Caracierzos, ubicada en Santa Eulalia del Campo, (Teruel), engorda
a una media de 100.000 patos cada año y provee a dos de las empresas
líderes en el sector: Martiko y Collverd. La primera, según datos facilitados
por la propia empresa a los investigadores de Igualdad Animal, acapara más del
70% de la couta de mercado español y comercializa sus productos en grandes
superficies como Eroski, Alcampo, Mercadona, Carrefour y El Corte Inglés. Los
productos de Collverd, por su parte, llegan a tiendas especializadas y
restaurantes en Francia, Holanda Luxemburgo, Bélgica, México, Perú, Colombia y
China. Su director, Jordi Terol, es el presidente de la Interpalm (Asociación
Interprofesional Agroalimentaria de Palmípedas Grasas) y vicepresidente de
EuroFoieGras (Asociación Europea de Productores de Foie Gras).
"Estamos ante un escándalo de la industria del foie
gras europeo. Los productos de esta granja tienen una relación directa
con muchos consumidores y creemos que la gente debe poder elegir libremente y
tener acceso a la información relativa a lo que está consumiendo",
señala Sharon María Núñez, una de las portavoces de la organización. Escándalos
parecidos en Francia hicieron que algunas grandes superficies de ese país
dejaran de comercializar productos de foie gras. Consultada por
este periódico, Mercadona ha comunicado que se pondrá en contacto con la
empresa Martiko para "conocer la veracidad de las informaciones y tomar
una decisión".
Durante varios meses entre 2011 y 2012 un equipo de
investigadores de Igualdad Animal logró infiltrarse en la granja de Caracierzos
y captar imágenes de las condiciones en las que se mantienen y alimentan a las
aves. En su informe, el cuarto sobre la industria del foie gras en
lo que va de año, la organización denuncia, entre otros casos "un pato
cubierto de sangre y el pico roto sin ningún tipo de tratamiento
veterinario", patos con "infecciones" y "comportamientos
repetitivos como señal de estrés", aves con "dificultades para
respirar" o "muertos dentro y fuera de las jaulas". Además, las
instalaciones presentaban carencia de "un sistema de filtrado de aire
y/o ventanas" o de "equipos y controles adecuados para la
limpieza", cita el documento. En el vídeo elaborado por la organización se
observa con total claridad cómo los patos permanecen encerrados en jaulas individuales
muy estrechas, una práctica prohibida por la normativa europea.
Un pato muerto dentro de su jaula en la granja de Caracierzos |
.Público se ha puesto en contacto con responsables de la granja Caracierzos, que se han negado a dar explicaciones sobre las condiciones de su actividad y se han remitido a Interpalm como la apropiada para responder sobre el caso. Aunque se ha intentado contactar con esta asociación agroalimentaria, ha sido imposible. Desde Igualdad Animal afirman que la empresa aseguró, durante la investigación, tener toda la documentación en regla y haber pasado las correspondientes inspecciones de Sanidad, aunque en ningún momento tuvieron acceso a ellos. En cualquier caso, subrayan, la organización por los derechos de los animales no persigue una adecuación a las normativas vigentes de estas granjas sino la prohibición total de la producción de foie gras, al considerar que su fabricación conlleva siempre el sufrimiento del animal
En efecto, para la elaboración de este considerado
manjar de la gastronomía es necesario engordar a las aves a través del método
de la alimentación forzada. Un embudo de unos 25 centímetros de diámetro es
introducido en la boca del pato para hacerle tragar entre 400 y 900 gramos de
alimento cada 12 horas, lo que termina provocando una enfermedad en el
hígado de la que se extrae el foie gras. No existe ninguna técnica
alternativa. España es uno de los pocos países en la UE que permite su
producción, junto a Francia, Hungría, Bélgica y Bulgaria.
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