MADRID • 16 DE NOVIEMBRE DE 2012
Vivir en zonas de alta contaminación atmosférica
puede llevar a la disminución de la función cognitiva en los
adultos mayores, según un nuevo estudio presentado en la 65 reunión
científica anual de la Sociedad Gerontológica Americana, que se celebra en San
Diego (Estados Unidos). El hallazgo se descubrió mediante el análisis de datos
de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos y el Estudio de Salud y
Jubilación realizado en 2004 en el país. «Los adultos mayores son especialmente
vulnerables a los peligros de la exposición al aire contaminado al tener una
peor salud a causa de la edad», explica Ailshire. Según esta experta, la
contaminación del aire está relacionada con un aumento de problemas
cardiovasculares y respiratoriose incluso la muerte prematura en las
poblaciones de mayor edad, «y está emergiendo la evidencia de que la exposición
a las partículas que contaminan el aire puede tener efectos adversos sobre la
salud del cerebro y su funcionamiento».
El estudio, dirigido por
Jennifer Ailshire, del Instituto Nacional sobre el Envejecimiento, sugiere que
el aire contaminado con materia fina de partículas en el aire, compuesto de
partículas de 2,5 micrómetros de diámetro y más pequeñas, lo suficientemente
pequeñas para que, en caso de inhalación, se depositen de forma profunda en el
pulmón y, posiblemente, el cerebro, puede ser un factor importante de riesgo
ambiental para la reducción de la función cognitiva. La muestra incluyó a
14.793 hombres blancos, negro e hispanos y mujeres de 50 años o más en Estados
Unidos y datos sobre el promedio anual de materia fina de partículas de aire de
los monitores de la Agencia de Protección Ambiental de Aire del Sistema de
Calidad en todo el país en 2004. La función cognitiva se midió en una escala de
1 a 35 y consistió en pruebas de evaluación de memoria de la palabra, el
conocimiento, el lenguaje y orientación.
El equipo descubrió que
las personas que viven en zonas con altos niveles de material fino de
partículas en el aire registró resultados más pobres en las pruebas de la
función cognitiva. La asociación se mantuvo incluso después de considerar
varios factores, incluyendo la edad, la raza etnia, la educación, el hábito de
fumar y las enfermedades respiratorias y cardiovasculares. Las exposiciones a
las partículas de aire variaron desde 4,1 hasta 20,7 microgramos por metro
cúbico, y cada aumento de diez puntos se asoció con una caída de 0,36 puntos en
la puntuación de la función cognitiva, lo que equivale, aproximadamente, a
envejecer tres años. Entre todos los sujetos del estudio, se asoció el
incremento de un año de edad con un descenso en la puntuación de 0,13 puntos en
la función cognitiva.
Fuente: ABC
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