CIUDAD DE MÉXICO • 25
DE NOVIEMBRE DE 2012
La ONG de defensa de la
naturaleza Greenpeace ha elaborado un documental para protestar por la
contaminación "impune" de ciertas empresas sobre los ríos mexicanos
como el Río Santiago de Jalisco, cuyas comunidades vecinas están muy afectadas
por los vertidos tóxicos. "Aquí se puede contaminar legalmente, sin
tener ningún problema legal y aunque lo hagas ilegalmente es muy rara la vez en
la que se te va a controlar, y aún así, se te tiene que avisar antes de que se
te controle", dijo Pierre Terras, coordinador de la campaña de Tóxicos de Greenpeace
México.
Dirigido por el cineasta
mexicano Eugenio Polgolvsky, "Un salto de vida" relata el drama
humano que viven las comunidades aledañas al Río Santiago en Jalisco, a través
de la historia concreta de una familia que se dedica a luchar por que se
conozca su situación. "Es la historia de una familia que lucha para llamar
la atención en su comunidad, organizar eventos y confrontar a la industria y al
Gobierno, que son ambos los responsables de esta situación; y es un contexto
muy trágico, porque es una lucha más que de activistas es una lucha para la
vida, esta su vida de por medio", explicó. La contaminación de este río,
que ya no tiene apenas peces, afecta a "decenas de miles de personas"
que viven en las zonas cercanas a la zona metropolitana de Guadalajara, aseguró
el activista. "La idea era retratar una historia humana de personas que
viven en el contexto de la afectación por contaminación tóxica del agua en el
Río Santiago, en donde hay muchos problemas de salud y muchas enfermedades
relacionadas con los riñones, cánceres...", contó.
Según denunció Greenpeace
hace unos meses, el Gobierno mexicano ya sabía hace años de la contaminación
del agua pero "mantuvo en secreto" un estudio en el que se
encontraron mil 90 sustancias químicas y en el que se advertía que los
que viven a menos de cinco kilómetros del agua están en riesgo por la
contaminación química del agua.
Según contó Terras, en
México hay muy pocas sustancias que están reguladas y por ello "cualquier
empresa puede descargar sustancias cancerígenas en los ríos en las cantidades
que quieran", por lo que muchas extranjeras vienen a esta zona de México
para huir de los controles de sus países de origen. "Las empresas
responden siempre a unas marcas y esas marcas son europeas o estadounidenses
que en sus países no tienen este tipo de conductas y por eso externalizan su
cadena de producción. Nosotros ponemos la responsabilidad del lado de la marca
que debe de hacerse cargo de asegurar productos sin tóxicos y ríos sin
contaminación", dijo. En su opinión, aunque estas empresas llegaron a
traer el progreso a los pueblos, en realidad "se han convertido en los
enemigos de los pueblos porque han destrozado sus territorios", aseguró. Datos
de Greenpeace aseguran que en México más del 70% de los ríos están
contaminados con sustancias químicas.
Fuente: El
Informador
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