BARCELONA | 30 DE SEPTIEMBRE DE 2014
Un equipo liderado por la
investigadora Anna Wilkinson, de la Universidad de Lincoln (Reino Unido), ha
demostrado científicamente por primera vez que reptiles como el dragón barbudo
(Pogona vitticeps) son capaces de aprender y repetir acciones que
realizan otros ejemplares de la misma especie.
El proceso de aprendizaje
social descrito por el equipo de la profesora Wilkinson no se limita repetir
acciones -como las frases que repiten los loros- sino que puede ser considerado
un proceso de "verdadera imitación" del comportamiento de
otros miembros de la misma especie, una habilidad de aprendizaje de acciones
útiles que muchos expertos consideran que es exclusiva de los humanos y
primates como los chimpancés.
Diferencias entre imitación y emulación
Los científicos establecen
una distinción importante entre la imitación y la emulación en el estudio de
las capacidades cognitivas de los animales. En la verdadera imitación, la copia
del comportamiento de un congénere no es sólo una imitación de una acción sino
también un proceso de entendimiento de la intención que existe detrás de la
acción. En la emulación, un animal copias un comportamiento sin comprender su
significado más profundo, explican los autores del estudio publicado ahora en
la revista especializada Animal Cognition. Así, por ejemplo, un loro
recitando las palabras de su dueño es un proceso de emulación.
El estudio realizado por
equipo de investigadores del Reino Unido y Hungría liderado por la profesora
Wilkinson puede ser considerado como la primera evidencia científica
convincente de que los reptiles podrían ser capaces de aprendizaje social a
través de la imitación. Los autores de este estudio han utilizado un ejemplar
de dragón barbudo (Pogona vitticeps) para analizar si otros ejemplares
de la misma especie son capaces de imitar sus habilidades.
Aprendiendo a abrir una puerta sin proceso de
ensayo
En el experimento, el
dragón barbudo es situado en una caja con una puerta que finalmente consigue
abrir para alcanzar la comida. Los reptiles que observaban el experimento
fueron capaces de copiar correctamente las acciones del dragón barbudo de
referencia sin tener que realizar ningún proceso de ensayo (como había hecho el
primer dragón), lo que sugiere por primera vez que los reptiles presentan el
aprendizaje social a través de la imitación equivalente a la observada en los
primates. Los dragones que participaron en el experimento fueron divididos en
un grupo experimental y un grupo control. Los ejemplares del grupo experimental
pudieron observar al lagarto de demostración (ver vídeo adjunto) acercarse a la
caja y abrir la puerta con un movimiento de la cabeza y las patas anteriores.
Los ocho sujetos de este
grupo experimental consiguieron abrir con éxito la puerta corredera,
empujándola hacia el mismo lado que habían observado en el ejemplar de
demostración. En cambio, no consiguió hacer lo mismo ninguno de los ejemplares
de dragón barbudo del grupo de control -que no habían observado al maestro.
Fuente: La
Vanguardia
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