jueves, 2 de enero de 2014

Reportan otro deceso canino por causa de la pirotecnia, ahora en Argentina


CÓRDOBA |  2 DE ENERO DE 2014
"No tengo hijos. Cada uno de mis perritos son una parte de mi corazón". Esta Navidad no fue una fiesta feliz para Marcela Pereda. Ella y su esposo sufrieron la pérdida de Charly, un pichicho callejero que la pareja había adoptado con precauciones auxiliares: había sufrido un accidente de tránsito en octubre y quedó imposibilitado de mover sus patas traseras. Pero el can no resistió las bombas de estruendo que el 24 de diciembre se sintieron en Villa Carlos Paz. Y cinco días después expiró su último aliento.
"Ojalá que quienes tiran pirotecnia puedan, por un instante, sentir lo que siento en este momento. Y no lo harían más. Por la vida y el amor a los seres vivos, basta de pirotecnia", expresó Marcela a Centediario, un medio digital de Villa Carlos Paz. La historia de este desafortunado animal comienza a escribirse en octubre de este año.
Se recuperaba de un atropellamiento
Charly tenía dueño con nombre y apellido. Pero en la primavera del año pasado, quedó abandonado. Miembros de una sociedad protectora de animales lo rescataron de la calle. Había sufrido un impacto tras ser chocado por una moto. El perro quedó imposibilitado de mover sus patas traseras. Ahí fue cuando Marcela, integrante de la Fundación Proteccionista de Animales (FUPA) le dio albergue en su casa, junto a otros cinco perros que cuidaba con su esposo.
La recuperación de Charly iba en franco aumento, hasta que el día de mayor celebración del año fue la antesala de su último suspiro. Fue la noche del 24, cuando toda la villa era puro festejo. Fuegos de artificio. Bombas de estruendo. Cañitas voladoras. Todos estos atractivos para algunos seres humanos se convirtieron en la peor pesadilla de animales como Charly. 
"Le dimos gotitas para que pase la Navidad. Al otro día lo notábamos mal. El veterinario nos pidió que le diéramos tiempo. Pero después de un cuadro hepático y dos convulsiones, Charly falleció el lunes sin llegar al veterinario", contó la mujer.
Con el caso de testigo, la sociedad proteccionista de animales sigue luchando por una ordenanza que limite la pirotecnia en Carlos Paz. Por el momento, la pelea no se tradujo en una reglamentación efectiva, pero los defensores de animales siguen peleando duro y parejo por una mejora en la calidad de vida de todos ellos. Quizás el año que viene tengan más suerte y no lamentarán la pérdida de un nuevo Charly. Ojalá que así sea.
Fuente: Dia a Dia

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