CASTILLA | 25 DE AGOSTO DE 2013
La temporada de caza ha comenzado.
Torcuaces,
tórtolas y perdices son el objetivo de los cazadores y sus perros. Ambos,
hombre y animal, trabajan juntos en esta práctica pero, a veces, terminada la
temporada, algunos cazadores abandonan a sus compañeros.
Podencos, bretones,
bracos, pointer y galgos son las razas preferidas y las más afectadas por el
abandono. Miguel Fierro Casado es el delegado leonés de la Federación de Caza
de Castilla y León. Asegura que desde su organización no se aprueba el abandono
de los animales ni prácticas crueles como el ahorcamiento.
«Hay cosas que son
indefendibles». Comenta que la sensibilidad está cambiando aunque reconoce que
aún hay gente «impresentable» que tiene con los canes un trato cruel.
Miguel
hace hincapié en destacar que muchas veces es el perro el que abandona al amo
por no estar acostumbrado al dueño. «Son los perros que no dan mano,
lo ideal es cogerles nada más que son destetados y tratarles con cariño. Eso
sí, sabiendo el lugar que ocupa cada uno».
Otras veces, afirma, el perro está
muy «picado» y sigue el rastro de la presa hasta perderse. «Entonces se le deja
una prenda con su olor en el lugar donde desapareció y al día siguiente regresa
a ella».
Asimismo, comenta, que
está el grupo de los perros que no sirven para la actividad cinegética, los que
se abandonan o sacrifican. «Depende de la sensibilidad de la persona. O lo sacrificas
o se lo das a alguien». Para terminar asegura que a un buen perro de caza no se
le abandona nunca y que sigue en activo hasta el final de sus días. «El que
vale caza hasta el último momento».
La otra visión: maltrato animal
Daniel es voluntario en la Asociación
Protectora de Animales y Plantas de León. No está muy de acuerdo con la visión
de los cazadores. «Los usan como herramientas. Si se van es por algo. Los
perros acuden donde tienen cariño». Asegura que el 40% de los canes que acogen
corresponden a razas para uso cinegético. «Los de caza casi siempre llegan
desnutridos y deshidratados. Suelen tener bastante miedo y eso se debe a que el
trato no era bueno. Aunque nunca nos han traído ninguno con signos de haber
sido ahorcado».
Como asegura Daniel, son perros que luego no tienen muy buena
salida y generalmente suelen terminar sus días en la protectora. «A los
cazadores no les damos perros. Además, los que están aquí es porque no valen
para la caza». Afirma que tampoco entregan animales que vayan a estar
encerrados en una finca.
«No estamos de acuerdo en que los perros sean usados
como una herramienta. Los cazadores nos ven como locos». Reconoce que ya han
sido varias las veces que han entrado a robarles animales. «Siempre perros de
presa, los usan para peleas. Muchos vienen con heridas».
Desde que comenzó la
crisis ha notado un pequeño aumento de los abandonos. «Hay gente que trae a sus
perros argumentando que no pueden costearlo, pero eso es relativo, no cuesta
tanto dinero». Junio y julio son los meses en los que más entradas se
contabilizan. Y en diciembre cuando hay más adopciones. «Lo que pasa es que el
cachorro que regalas en navidad luego en julio ya no es tan pequeño», finaliza
Daniel. leonalsol@diariodeleon.es
Fuente: Diario
de León
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