QUITO | 16 DE AGOSTO DE 2013
Las petroleras podrán
entrar en el Parque de Yasuní, una joya medioambiental del Ecuador amazónico
que fue declarada reserva mundial de la biosfera por la ONU en 2008. La
decisión, tomada por el presidente del país, Rafael Correa, se ha adoptado ante
la falta de apoyo de la comunidad internacional. El Plan del Buen Vivir o Sumak
Kawsay, en lengua kichwa, que el presidente de Ecuador cita en cada
discurso, incluía el compromiso de respetar el medioambiente y no tocar las
reservas de crudo que hay en los campos petroleros del Yasuní. A cambio,
Ecuador pedía un fondo internacional de 2.700 millones para compensar la
pérdida de ingresos y gratificar el papel de sumidero de CO2 del parque
nacional.
La propuesta del
mandatario ecuatoriano para evitar la explotación de los campos de Ishpingo,
Tambococha y Tiputini (ITT) ha resultado un fracaso: en lugar de los 3.600
millones de dólares que pedía (2.700 millones de euros, el equivalente al 50%
de lo que el Estado percibiría si extraía los casi mil millones de barriles que
se calcula que hay en el parque), hasta la fecha solo se han reunido 13,3
millones de dólares (poco más de 10 millones de euros). Dos de esos millones
están en el país y 11,3 en el Fideicomiso Internacional administrado por el
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. España es uno de los
donantes, y ahora podría recuperar su aportación.
Presidente Correa culpa "al mundo"
“El factor fundamental
del fracaso (del proyecto) es que el mundo es una gran hipocresía”, dijo
Correa. Con ello corren peligro todos los objetivos del plan. Dejar el petróleo
bajo tierra significaba no emitir más de 400 millones de toneladas de CO2
(similar a las emisiones de España en un año), según una publicación de 2011 de
académicos ecuatorianos.
A ello hay que sumar el
peligro para la biodiversidad existente (100.000 especies de insectos, 150 de
anfibios, 121 de reptiles, 598 de aves y unas 200 de mamíferos, aparte de unas
3.000 de flora) y la salvaguarda de los derechos de los pueblos indígenas que
habitan en la zona, principalmente los waorani, que tienen dos clanes (los
tagaeri y los taromenane) que se internaron voluntariamente en la selva virgen
a inicios de los setenta, justo cuando arrancaba la exploración y futura
explotación petrolera en el Ecuador.
Correa usó este jueves el
Plan del Buen Vivir para justificar la explotación, pues el país
necesita inversiones superiores a los 70.000 millones de dólares (52.900
millones de euros) para erradicar la pobreza y extender el bienestar a las
comunidades menos favorecidas. Por eso volvió a citar en su discurso una de sus
frases predilectas: “No me gusta la minería, no me gusta el petróleo, pero
mucho menos me gusta la pobreza y la miseria”.
Oposición mayoritaria en el país
El presidente no
convenció a sus conciudadanos, sobre todo porque hay un 92,7% de la
población que apoya la iniciativa de mantener el petróleo bajo tierra,
según una encuesta realizada en junio del 2013. Los síntomas de rechazo se
hicieron palpables la misma noche del jueves, cuando centenares de jóvenes se
autoconvocaron en la sede del Gobierno en Quito para expresar su desacuerdo.
Comunidades indígenas exigen consulta
El movimiento indígena de
Ecuador exigió este viernes una consulta popular sobre la decisión del gobierno
de dar paso a la explotación petrolera en la reserva amazónica del Yasuní, tras
fracasar un plan internacional para evitar su extracción. "Aquí se
consultó a todos los ecuatorianos sobre las corridas de toros (en 2011), ¿por
qué no consultar sobre este tema que es de enorme importancia y que pondrá en
peligro la vida de los (indígenas) no contactados y de la enorme biodiversidad
de la reserva?", dijo Humberto Cholango, presidente de la Confederación de
Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie).
"Si el gobierno
quiere hacer la explotación que haga la consulta popular y que el pueblo sea
quien decida y no solamente la Asamblea Nacional (Legislativo)", indicó
Cholango. En el Yasuní ya operan petroleras desde hace décadas, pero los
ambientalistas e indígenas quieren evitar un mayor impacto ambiental. El
dirigente indígena no descartó una movilización para mostrar el rechazo social
al anuncio de Correa.
La Constitución ecuatoriana permite el llamado
a consulta popular por iniciativa de la ciudadanía, "con un respaldo no
menor al 5% de las personas inscritas en el registro electoral", que es de
11,4 millones de personas.
Protestas de ambientalistas
Desde las 17:00 de ayer,
decenas de representantes de organizaciones sociales y ambientales, así como
empleados de instituciones del sector público, se reunieron en la Plaza de la
Independencia en espera de la cadena nacional del presidente Rafael Correa,
prevista para las 20:00.
Aunque ya se conocía que
el anuncio presidencial era la terminación de la iniciativa Yasuní-ITT,
portando pancartas y pitos, los estudiantes, activistas ambientales y
organizaciones de ciclistas no cesaban en sus gritos: “No nos mueven y no nos
moverán porque el Yasuní tenemos que salvar”.
Una manifestante pedía que en
última instancia se haga una consulta popular para decidir el futuro del
Yasuní-ITT. Ricardo Buitrón,
voluntario de Acción Ecológica, pidió que se respete la Constitución y se
mantenga el área intangible del parque sin explotar y proteger a los pueblos no
contactados que habitan en la zona.
Cerca se ubicaron los partidarios de PAIS y
funcionarios del Cenace y de empresas eléctricas con pancartas de apoyo a la
decisión del mandatario. Mientras observaban la cadena presidencial en una
pantalla en la Plaza Grande, centenares de policías separaban a los grupos.
Tras unos minutos de concluida la cadena, los partidarios de PAIS fueron los
primeros en retirarse del lugar.
Fuentes: El
País
El Universo
El Universo
El Universo
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