REINO UNIDO | 31 DE JULIO DE 2013
Un equipo internacional
de científicos ha demostrado que los individuos de una especie indonesia de
cacatúa pueden resolver un complejo problema mecánico de cinco pasos para
obtener una recompensa alimenticia encerrada en una caja con múltiples
"cerraduras".
Resolver un problema para obtener el acceso a otro, el
cual te permite dirigirte hacia un tercer problema (y así sucesivamente) para
alcanzar al final un objetivo (lo que se conoce como solución secuencial de
problemas) es considerado un desafío cognitivo alto, ya que requiere la
capacidad de distanciarse espacial y mentalmente del objetivo final deseado.
En un nuevo estudio, diez
cacatúas no entrenadas de esa especie indonesia fueron puestas frente a una
caja con múltiples "cerraduras" que mostraba una recompensa
alimenticia detrás de una puerta transparente cerrada por cinco dispositivos
entrelazados diferentes, cada uno permitiendo el acceso al siguiente de la
serie, y siendo requeridas distintas acciones motoras para abrir cada uno de
ellos.
Para conseguir el regalo, los pájaros tenían que hacer cosas como
desatornillar un tornillo, descorrer un pestillo y hacer girar 90 grados un
volante, entre otras. El individuo más eficiente, el ejemplar conocido como
Pipin, lo logró, sin ayuda, en menos de 2 horas. Cinco pájaros más abrieron la
secuencia de cerraduras después de ver hacerlo a un congénere, o se enfrentaron
al desafío poco a poco.
El cojunto de 5 cerraduras usadas en el experimento. Incluso para un humano no es tarea fácil. |
Que
se sepa, con excepción de los humanos y los chimpancés, hasta ahora los
problemas de cinco pasos, cada uno requiriendo distintas acciones motoras, y
sin entrenamiento previo tal como lo fue en el caso de Pipin, no habían sido
resueltos jamás por otros animales, tal como destaca Alice Auersperg, del
equipo de investigación y científica del Departamento de Biología Cognitiva de
la Universidad de Viena en Austria.
El hecho de que los pájaros fueron
recompensados con el obsequio alimenticio solamente después de que hubieran
resulto los cinco problemas, y también el hecho de que estuvieron trabajando
con una firme determinación para superar un obstáculo tras otro, es notable.
Además, estaba claro que aprendían cosas y se acordaban bien de ellas:
Una vez
que descubrían cómo abrir una "cerradura" raramente tenían
dificultades con el mismo dispositivo cuando lo volvían a encontrar en las
siguientes ocasiones. Después de que los pájaros completaron la secuencia
entera, se continuó investigando, para aclarar si comprendían el efecto de las
cerraduras sobre la disponibilidad del alimento dado en recompensa.
El
equipo de Auersperg, Auguste von Bayern y Alex Kacelnik, estos dos últimos de
la Universidad de Oxford en el Reino Unido, pusieron a los seis animales
investigados en situaciones en las que se intercambiaba el orden de las
"cerraduras" e incluso algunas de ellas eran eliminadas. Los pájaros
reaccionaron con flexibilidad, demostrando que se daban cuenta de lo que implicaba
cada cambio o supresión.
Tal
como apunta la zoóloga alemana Auguste von Bayern, la mejora repentina, y sin
apenas errores subsiguientes, de los pájaros indica la existencia de una
marcada plasticidad conductual y una memoria práctica.
"Creemos que se han
valido de cualidades típicas de su especie, tales como una intensa curiosidad,
su persistencia y técnicas de exploración táctil: Las cacatúas exploran los
objetos de su entorno con el pico, la lengua, y los pies. Un explorador que
sólo utilizase la vista quizás no hubiese detectado jamás la movilidad de las
cerraduras”, explica von Bayern.
Fuente: Noticias
de la Ciencia
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