MADRID | 22 DE AGOSTO DE 2013
Los aullidos que emiten
los lobos reflejan un síntoma de preocupación en el animal, según
muestra un estudio llevado a cabo por la Facultad de Medicina Veterinaria de la
Universidad de Viena. La manada de lobos que ha participado en el estudio vive
en el Centro de Ciencias sobre el Lobo de Austria, donde estos animales eran
sacados a pasear individualmente, y los compañeros de manada reaccionaban
aullando cuando el jefe del grupo era separado del resto.
Cuando un miembro de la
manada de lobos deja el grupo, el aullido de los que se quedan no es un reflejo
de la tensión sino de la calidad de sus relaciones, según concluyen los
investigadores de un estudio de nueve lobos de dos manadas que viven en el
Centro de Ciencias sobre el Lobo de Austria. Los hallazgos arrojan luz sobre el
grado en que la producción vocal de los animales puede ser considerada como
voluntaria, según los autores.
"Nuestros resultados sugieren que la relación
social puede explicar más sobre la variación que vemos en el comportamiento de
los aullidos frente al estado emocional del lobo", afirma Friederike Range, del Instituto de
Investigación Messerli en la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad
de Viena. "Esto sugiere que los lobos, en cierta medida, pueden ser
capaces de utilizar sus vocalizaciones de una manera flexible",
agrega. En el Centro de Ciencias del Lobo, los trabajadores suelen sacar a
pasear a los lobos con correa de uno en uno y, en esas ocasiones, los
compañeros de manada que se quedan sin salir siempre aúllan.
Para entender mejor por
qué, Range y sus colegas midieron los niveles de la hormona del estrés de los
lobos y recogieron información sobre el estado dominante de los lobos de la
manada y sus compañeros preferidos. Cuando sacaron a dar largos paseos
individualmente a los lobos, los trabajadores del centro grabaron las
reacciones de cada uno de sus compañeros de manada.
Estas observaciones
mostraron que los lobos aúllan más cuando un lobo que tiene una buena relación
deja el grupo y cuando ese individuo es de alto rango social y que la cantidad
de aullidos no se corresponde con los niveles más altos de la hormona del
estrés cortisol. "Nuestros datos sugieren que el aullido no es una
respuesta de la tensión simple de la separación de allegados sino que se puede
utilizar de manera más flexible para mantener el contacto y tal vez para ayudar
a reunir a los aliados", concluye Range.
Fuente: Antena3
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