CALIFORNIA | 29 DE AGOSTO DE 2013
Las autoridades de Los
Ángeles han redoblado sus esfuerzos para poner coto a las peleas de gallos, un
fenómeno ilegal en EE. UU. relacionado con violencia, abusos y narcotráfico
cuya presencia se ha multiplicado durante los últimos años en California.
Desde abril, tan solo en
la zona de Antelope Valley, en el condado de Los Ángeles, se han requisado
centenares de aves destinadas a riñas en palenques en cuatro operaciones
policiales. En la última, el pasado 22 de agosto, se encontraron 279 gallos,
medicamentos para tratar sus heridas, navajas adaptadas para insertar en sus
patas y hacer sus estocadas más dañinas, así como 20 escopetas de cañón corto y
munición.
La investigación sigue su
curso, según confirmó a Efe el ayudante del "sheriff" del condado de
Los Ángeles en Antelope Valley, Robert Ferrell, quien adelantó que algunos de
los lugares intervenidos "están relacionados" entre sí. "Hay
varias órdenes de arresto pendientes", afirmó Ferrell, quien trabaja sobre
el terreno para desarticular esta red clandestina que aún no se descarta que
pudiera tener vínculos con organizaciones criminales más allá del estado.
Estos combates de animales
son eventos de apuestas usados en ocasiones por las mafias para tratar sus
negocios sucios, indicó Eric Sakach, agente de la entidad protectora de
animales The Humane Society quien en sus más de 36 años de experiencia
se ha infiltrado y conocido desde dentro cómo funcionan las riñas de gallos en
Estados Unidos.
A principios de 2013, la prensa mexicana informaba de que las
autoridades del país estudiaban las actividades de grupos como Los Zetas y el
cártel de Tijuana para tratar de establecer si se financiaban en parte gracias
a las peleas de gallos, de los que presuntamente tenían sus propios criaderos.
Sakach, no obstante, se
apresuró a derribar el mito de que las riñas de aves fueran necesariamente un
asunto orquestado por latinos. "Ninguna cultura o raza tiene la
exclusividad en esto", manifestó este experto, que recordó que los
orígenes de estos combates se remontan a la Grecia antigua, hicieron furor en
Roma, llegaron a China e India y "durante siglos fueron muy populares en
las islas británicas". Algunos países de América Latina, así como algunos
lugares de España, tienen regulada la pelea de gallos, como lo está la
tauromaquia, y existen federaciones y hasta torneos internacionales.
Atractivo para los criminales
En EE. UU., el perfil de
los asistentes a estas peleas depende, según apuntó Sakach, de la demografía de
la zona e incluye desde profesionales de carrera hasta personas de bajos
recursos atraídas por la posibilidad de ganar dinero rápido y libre de
impuestos, el morbo de participar en algo ilegal y la afición por la violencia.
Frecuentemente, como en
cualquier otro negocio de apuestas, los jugadores pierden y pueden dejarse una
fortuna. En ocasiones, en un ambiente como ése al margen de la ley, se dan
casos de tiroteos y violaciones. "Son eventos que tienden a atraer a
criminales a los vecindarios", declaró Sakach que cree que California se
ha convertido en un foco de riñas de gallos en los últimos años gracias a que
los estados vecinos son menos permisivos con esta actividad.
En Arizona, Colorado,
Oregón y Washington la organización de estos combates es un delito grave penado
con prisión, algo que también ocurre en Nevada desde junio, mientras que en
California se trata de una falta menor, salvo que se reincida.
Sakach señaló
que los legisladores reconocen la necesidad de un mayor castigo en California
pero que la situación de sobrepoblación carcelaria les frena a la hora de
endurecer las penas con el fin de evitar poner a más personas entre rejas. En
la calle, sin embargo, las fuerzas del orden público tienen entre ceja y ceja a
los gallos de pelea.
Desde el Departamento de
Control y Cuidado Animal de la Oficina del Fiscal del condado de Los Ángeles,
su encargada Deborah Knaan, indicó que los agentes han sido sometidos a un
entrenamiento específico para dar con estas actividades que como mínimo suponen
un maltrato animal a los ojos de la ley estadounidense. La policía es "más
consciente" del problema y "la gente sabe que se toman en serio sus
denuncias".
* Con imágenes del sitio San
Bernardino County
Fuente: Noticias
Terra
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