DESIERTO DE EL VIZCAINO | 23
DE MARZO DE 2013
Considerada una especie
endémica de México, el berrendo peninsular estaba desde 1997 en peligro de
extinción, pero hoy, gracias a la labor de varias instituciones, en la Reserva
de la Biosfera El Vizcaíno hay más de 250 animales adultos y 40 crías con una
población en aumento. En la Biosfera El Vizcaíno, en la que confluyen sierra,
mar y desierto, habita el berrendo peninsular (antilocapra americana), una
especie propia de México que también habita en zonas desérticas de EEUU y
Canadá.
En 1997 se dio la voz de
alarma ya que solo se contabilizaron unos 170 rumiantes. Desde entonces la
labor de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales y Pesca y de
organizaciones civiles ha sido fundamental para su recuperación mediante la
campaña “Salvemos al Berrendo”. En un corral de crianza de la estación conocida
como La Choya se pueden ver a varias hembras que han parido. Miden un metro de
altura y pesan alrededor de 50 kilos y su pelaje es leonado o berrendo en el
lomo (de ahí recibe el nombre). La Choya cuenta con más de 23,000 hectáreas de
extensión. “Este Programa quiere conseguir reducir las amenazas mediante un
encierro para minimizar la presión que pueda haber por algún tipo de
depredador”, explicó a Efe Fernando Escoto Rodríguez, subdirector del área de
Protección de Flora y Fauna Valle de los Cirios, encargada del programa
Recuperación del Berrendo Peninsular. Esta institución trabaja junto a la
Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, de Espacios Naturales y
Desarrollo Sustentable y la empresa Exportadora de Sal.
“La principal amenaza fue
la cacería furtiva, ilegal e indiscriminada, la presión que significó la
modificación de su hábitat y la depredación de los espacios en que había
vivido, lo que redujo su hábitat natural y afectó a su reproducción”, agregó
Escoto. Respecto a la transformación de su hábitat, la construcción de cercas,
carreteras y tendidos eléctricos en el desierto han acotado las rutas
migratorias de este mamífero, alejándolo de los lugares donde se solía
alimentar y refugiar. El Programa de Recuperación del Berrendo comenzó en 1997
con el objetivo de duplicar su población en la Península de Baja California en
un ambiente controlado. El Programa incluye educación y concienciación
ambiental, ya que la reducción del berrendo está íntimamente ligada a la
actividad del hombre. De allí el éxito del Programa para salvarlos, que
consiste en crear las condiciones adecuadas para que pueda crecer y
reproducirse en un entorno de inmensa riqueza para México.
El berrendo peninsular se
aparea regularmente en junio y sus crías nacen unos 250 días después, al
principio del invierno. Se alimentan de hierbas, arbustos, musgos y, en
ocasiones, de cactus. Son los mamíferos más veloces de Norteamérica, y pueden
correr a 65 km/h durante varios kilómetros. Aparte de en Baja California, este
antílope se encuentra en Sonora, Chihuahua e Hidalgo y en lugares
semidesérticos y llanuras áridas.
Fuente: El
Nuevo Herald
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