ESPAÑA | 1 DE MARZO DE 2013
Interactuar con animales beneficia nuestra salud
mental. En el caso de las personas con autismo ya se había observado y un nuevo
estudio lo confirma. La presencia de un animal puede aumentar
significativamente las conductas sociales positivas en los niños con
trastornos del espectro autista (TEA). Los autores –Marguerite E O'Haire y sus
colegas de la Universidad de Queensland, (Australia)– compararon
cómo niños de 5 a 13 años de edad con TEA interactuaban con los adultos
y, por lo general, sus compañeros en la presencia de dos conejillos de indias
frente a los juguetes.
Los animales pueden ayudar a estos niños a conectar
con terapeutas, profesores u otros adultos. Ocurrió que en presencia de los
animales, estos menores mostraban más ganas de hablar, miraban a la cara
de otros y tenían más contacto físico. Estos niños con TEA también eran más
receptivos a los avances sociales de sus pares en presencia de los animales de
lo que eran cuando jugaron con juguetes. La presencia de animales aumentaba
además los casos en los que estos menores sonreían y reían, reducía su
gesto de ceño fruncido, gemidos y lloros, comportamientos en los niños
con autismo que se producían más cuando estaban con juguetes.
Estudios previos han demostrado que las personas
tienen más probabilidades de recibir propuestas de amistad de
desconocidos cuando caminan con un perro que cuando pasean solas
y efectos similares se han observado en personas que poseen pequeños animales
como conejos o tortugas. Los autores, cuyo estudio publica la revista Plos One, sugieren que este efecto
de "lubricante social" de los animales en las interacciones
sociales humanas puede ser particularmente importante para aquellas con
discapacidad socioemocional. Según los investigadores, la capacidad de un
animal para ayudar a los niños con TEA a conectar a los adultos
puede ayudar a fomentar interacciones con terapeutas, profesores u
otros adultos.
Cinco
preguntas sobre el autismo
¿Qué es el autismo?
No es una enfermedad. Se trata de un trastorno del desarrollo infantil
que en cada persona se manifiesta de una forma diferente por lo que no hay que
generalizar.
¿Cuáles son sus rasgos más comunes?
Dificultades en el lenguaje y la incomunicación, pero no
incapacidad, dificultades para comprender y establecer relaciones
sociales y comportamientos que se repiten e intereses por no demasiadas
cosas. Con los apoyos adecuados, es posible ayudar a la persona a que los
amplíe.
¿Quién tiene autismo?
Uno de cada 150 niños en edad escolar presenta algún trastorno del
espectro autista, afectando más a hombres que a mujeres.
¿Cuáles son las causas?
El autismo es consecuencia de alteraciones en las funciones o
estructuras del cerebro de la persona que lo tiene y está considerado un
trastorno neurológico y psiquiátrico de origen genético.
¿Cómo se puede ayudar a las personas con
autismo?
Se puede mejorar su calidad de vida con un diagnóstico temprano; una
educación e intervención especializadas, y con los recursos sociales y
comunitarios que necesiten para participar en la sociedad.
Fuente: 20 Minutos
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