MADRID | 6 DE MARZO DE 2013
Decenas de voluntarios y activistas de la ong La Voz Animal, que ha colaborado en la
gestión del Centro de Protección Animal de Parla en los últimos 14 años, han
cumplido 50 días de encierro en esta perrera en protesta por la
decisión del Ayuntamiento de esta localidad de conceder el servicio de
protección de animales abandonados a una empresa especializada en
desratizaciones (Athisa Residuos
Biosanitarios) y por considerar que este proceso ha estado repleto de
irregularidades. La portavoz de La Voz
Animal, Beatriz Menchén, destaca que el encierro seguirá de forma
indefinida «hasta que consigamos que el Ayuntamiento adjudique el servicio
de protección animal a una entidad protectora de animales y no a una empresa
desratizadora».
«Plagas
a exterminar»
«Estamos hartos de que el Ayuntamiento de Parla
mienta a los ciudadanos y a las protectoras garantizando que la empresa
desratizadora no va a sacrificar animales. Eso es tarea imposible para
estas entidades porque sólo entienden de control de plagas y de exterminar
a animales. Las personas coherentes sabemos que no se puede pedir peras al olmo
y que, por mucho que lo garantice el Ayuntamiento, el olmo nunca dará peras.
Poner los perros y gatos en manos de una desratizadora es igual que poner un
zorro a cuidar las gallinas», asegura.
Menchén subraya que, para el alcalde de Parla, José
María Fraile, «los perros y los gatos son plagas a exterminar porque si hubiera
querido protección animal habría apostado por que sólo hubieran concursado
protectoras. Sin embargo, ha autorizado un contrato blindado para que una
empresa desratizadora gestione el Centro de Protección Animal, lo que no sólo
es una auténtica barbaridad, sino también un acto de mala fe porque impide a las
entidades protectoras gestionar la recogida y adopción de los animales, que,
por ley, tienen prioridad».
Un
servicio más económico
Menchén indica que José María Fraile carece de
«sensibilidad» con los animales y está sobrado de «incompetencia» porque ha
sido informado, en diversas reuniones, de que saldría más barato que entidades
protectoras se encarguen de los perros y gatos abandonados. «Por un lado, las
asociaciones buscamos autofinanciación con donativos privados para
cubrir los gastos de los animales y, por otro lado, las entidades protectoras
realizan campañas y denuncias para que desaparezca el abandono, la
superpoblación y el maltrato animal, realizando así una labor social
inestimable, dándole un buen uso al dinero público y privado y reduciendo este
grave problema social, ya que a menos animales abandonados menos gastos para
las administraciones públicas», señala. Esta protectora no pierde la esperanza
de que Fraile rectifique y vuelva a concederles la gestión.
Fuente: ABC
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