BUDAPEST | 21 DE FEBRERO DE 2014
Un equipo de
investigadores húngaros ha realizado por primera vez un estudio de neuroimagen
en perros y humanos que señala la existencia de zonas del cerebro comunes para
la captación del sonido y de la voz. El estudio, llevado a cabo por un equipo
de investigadores de la Academia de Ciencias de Hungría y publicado en la
revista Current Biology, ha utilizado el escáner de resonancia magnética
funcional para establecer qué áreas del cerebro se activan ante estímulos
sonoros en perros y en humanos.
Los hallazgos sugieren
que el origen de esta zona del cerebro evolucionó al menos cien millones de
años atrás, la edad del último antepasado en común de humanos y perros.
Según Attila Andics, del
grupo de Investigación de Etología, y autor principal del estudio, el
descubrimiento ofrece un nuevo punto de vista para entender el éxito del
vínculo entre estas dos especies. “Durante miles de años los perros han
compartido un ambiente social similar al de los humanos, el estudio sugiere que
también utilizan mecanismos parecidos para procesar la información social”,
destaca.
En el estudio, los
investigadores adiestraron a once perros para mantenerlos quietos en la máquina
de escaneo. Esto hizo posible realizar el mismo experimento de neuroimagen con
los animales y los 22 voluntarios humanos. Durante el examen, los
investigadores reprodujeron 200 sonidos pertenecientes a voces humanas,
perrunas y ruido de ambiente que sirvieron para identificar las áreas del
cerebro estimuladas en las diferentes situaciones.
Los resultados de la
investigación señalan que existen áreas cerebrales responsables de captar el
sonido y la voz similares entre las dos especies. Sin embargo, los perros
responden más contundentemente a los estímulos sonoros producidos por su propia
especie que a los procedentes de los humanos. Las personas también actúan
igual, los circuitos neurales auditivos se activan más ante los sonidos
humanos. Además, los científicos han visto que el 48% de las áreas auditivas de
los perros responden mejor ante estímulos sonoros que a las voces. En cambio,
en humanos sólo el 3% de estas regiones se estimulan de forma óptima cuando no
hay sonidos vocales.
El escáner revela que los
perros también son capaces de percibir la emoción en los sonidos humanos.
“Existe un área próxima a la corteza auditoria primaria que se activa más con
los estímulos sonoros felices como una risa que con los tristes”, destaca
Andics.
Tras miles de años de
domesticación y de convivencia directa, “este método ofrece una nueva vía para
investigar los circuitos neurales de estos animales. Poco a poco empezamos a
entender cómo los perros ven a los humanos y cómo se desenvuelven en el
ambiente social”, concluye el investigador.
Fuente: ABC
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