MADRID | 30 DE ENERO DE 2014
Las especies invasivas
contra las que se lucha suelen ser poco atractivas y no generan una gran estima
entre la población general. Los cisnes, sin embargo, son uno de los animales
más queridos, representando incluso para muchos un símbolo de amor. Por eso, la
intención del departamento de conservación medioambiental del Estado de Nueva
York de eliminar a las 2.200 aves, como publica este jueves el New York Times,
ha generado mucha polémica.
El cisne vulgar o cisne
mudo fue introducido en Estados Unidos a finales del siglo XIX procedente de
Europa por su atractiva estética. Sus largos cuellos y su plumaje blanco como
la nieve han hecho muy popular a esta especie. Pero las elegantes aves
acuáticas también tienen un lado oscuro: destruyen el hábitat de los patos y
gansos nativos y atacan a las personas. Estos son los argumentos esgrimidos por
el departamento para declarar a los cisnes "especie invasiva
prohibida".
Para eliminar a las 2.200
aves se han propuesto dos vías: dispararles o capturarlos y gasearlos. Los
huevos de los nidos serán rociados con aceite para evitar su eclosión. El plan
ha enfrentado a organizaciones conservacionistas con activistas por los
derechos de los animales, que se muestran horrorizados. GooseWatch NYC
ha denunciado la propuesta y dos docenas de organizaciones dedicadas a la
conservación de la naturaleza lo están considerando.
El director de
conservación y ciencia de la sucursal neoyorquina, Mike Burger, ha declarado
que el grupo se reunirá pronto para alcanzar una posición oficial, pero se
prevé un respaldo unánime al plan gubernamental.
"Nos sentimos cómodos
apoyando al departamento de estado en este asunto", ha manifestado Burger.
"Estamos a favor de métodos de control no letales, cuando sea posible,
pero en este caso creemos que son necesarios para reducir la población de
cisnes a los niveles deseados".
Muchos ciudadanos se han
mostrado sorprendidos y han expresado su consternación por la noticia, siempre
según el periódico americano. "Si hubieran nacido aquí, serían
considerados nativos", opina Michael Vangi, hijo de padre italiano,
mientras observa a los cisnes de la bahía de Brooklyn. "Es un desastre.
¿Así tratamos a los inmigrantes?", añade Joseph LoRe, haciendo una
analogía con la población inmigrante de Nueva York.
Fuente: El
País
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