Por: Martín Mucha
ESPAÑA | 23 DE FEBRERO DE 2014
Estar vivo es su
victoria.
Goofy, este simpático yorskshire, fue arrojado por un energúmeno a un
árbitro en un partido de fútbol. El hombre acaba de ser condenado a una multa
de 200 euros.
-Por favor, con Clemente Domenech...-¿De parte de...?-De Crónica, suplemento de ELMUNDO, queremos saber qué opina de la sentencia judicial del 20 de febrero...-No diremos nada. Ya nos han hecho mucho daño...
El entorno de Domenech lo
protege.
A él que, en un acto de rabia por un error del hombre de negro,
arrebató Goofy a su dueña, Rosa María Delgado. Y arrojó al animalillo, de unos
3,8 kilos de peso, desde la tribuna, ubicada a cuatro metros sobre el nivel del
suelo (más de 15 veces la altura del yorkshire).
El árbitro, sorprendido, lo
esquivó. Cayó sin amortiguación. Goofy quedó inconsciente, inmóvil. Se temió lo
peor.
Era un partido modesto entre dos equipos de categoría preferente juvenil,
en el campo de fútbol de Olula del Río, Almería, pueblo donde Goofy solía
pasear sin temor. Minuto 43 del segundo tiempo. 12 de febrero. Clemente en un
arranque de furia, cometió, en ese momento, un «delito de maltrato animal»,
según el Juzgado de primera instancia de Purchena.
Por su execrable acción, ha
sido condenado a la pena máxima, como está tipificado en el artículo 632.2 del
Código Penal: multa más costas judiciales y veterinarias. Tras la resolución,
Rosa María, la ama de Goofy, agradeció en Facebook el apoyo recibido: «Con esto
se acabó... Lo importante es que se respeten los derechos de los animales». Ella
padeció al ver caer a su pequeñín.
Clemente salió esposado por agentes de la
Benemérita. Los espectadores estuvieron a punto de molerle a golpes tras ver el
estado de Goofy. De eso se zafó pero no de la Justicia. La autoridad le
expedientó primero por infracción administrativa a la Ley contra la Violencia
en el Deporte.
La acusación que ahora le ha condenado vino cuando la reconocida
protectora de animales El Refugio, enterada del asunto, decidió asumir el caso
e impulsó que fuera juzgado como un maltratador de animales. Su presidente,
Nacho Paunero, reconocido activista, manda un recado a los que osen agredir
animales: «Se ha librado por muy poco (si Goofy hubiera muerto, la pena de
cárcel habría sido de un año, según la ley)... Nuestro objetivo es poner a
estos agresores en su sitio, la cárcel, porque así lo dice el Código Penal».
El condenado pretendía
quedar impune. Pero una cámara grabó lo sucedido. La caída de Goofy, el gesto
del árbitro, la impotencia del público...
¡Y es Clemente Domenech quien se
siente víctima!
-Ya nos han hecho mucho daño -repiten.
Felizmente, Goofy mueve
la cola. Ileso a pesar de todo.
Y sienta precedente.
Fuente: El
Mundo
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