viernes, 21 de febrero de 2014

Los elefantes también exhiben rasgos de consuelo entre sí, revela estudio


WASHINGTON |  19 DE FEBRERO DE 2014
Antiguamente solo a los seres humanos se les atribuía el don de tener sentimientos y alma, también se creía que los humanos eran los únicos que poseían la capacidad de entablar relaciones sociales con otros seres de la misma especie, pero esta idea ha cambiado con el avance de la ciencia y se ha visto que animales como los elefantes poseen una inteligencia social claramente desarrollada.
Un nuevo estudio realizado por el investigador Josh Plotnik, de la Universidad de Cambridge en Reino Unido, demuestra que los elefantes cuando se encuentran alterados se consuelan haciéndose caricias y suaves vocalizaciones. Durante la investigación el equipo de Josh Plotnik observó a 26 elefantes asiáticos en una reserva tailandesa y tras un año de observaciones, el equipo de investigadores notó que un elefante del grupo se mostraba afligido, fenómeno que propició que los otros respondieran a esto reflejando también un estado de angustia. Esto es conocido en la ciencia como reacción empática. Posteriormente, para consolarse, los elefantes se tocaban la cara con la trompa mientras emitían sonidos calmantes.
Si bien este estudio se realizó con elefantes en cautiverio, es una base sólida para empezar un estudio más profundo con grupos salvajes. Plotnik asegura que estudios como éste son importantes para enseñar a las personas acerca de la inteligencia y habilidades sociales de los elefantes, lo que ayuda a su conservación.
"Durante siglos, la gente ha observado que los elefantes parecen ser animales muy inteligentes y empáticos", señaló Plotnik, quien estudiaba en la Universidad Emory, en Atlanta (Georgia) cuando inició la investigación. "Pero, como científicos, teníamos que probarlo". Entre los animales el consuelo es raro aunque existe una abundante evidencia empírica de comportamientos de confort, compañía y condolencia entre los simios mayores, los caninos y ciertos córvidos.
El coautor del estudio, el profesor de psicología Frans de Waal, quien dirige el Centro Nacional Yerkes de Investigación de Primates en Emory, anotó que "con sus fuertes vínculos sociales no es sorprendente que los elefantes muestren preocupación mutua". "Este estudio demuestra que los elefantes se estresan cuando ven a otros que sufren estrés, y se acercan para calmarlos en un gesto que no es muy diferente del de los chimpancés o los humanos que abrazan a alguien cuando está angustiado", añadió. "No es fácil encontrar gestos de consuelo en el reino animal. Hasta ahora solo existían evidencias empíricas en grandes simios, cánidos y algunos córvidos. Pero los elefantes también parecen preocuparse por los demás. “Con sus fuertes lazos sociales, no es de extrañar”, explica de Waal,
Plotnik, quien ahora trabaja en la Universidad Mahidol, de Tailandia, escribió que "los humanos son únicos de muchas formas, pero no tantas como creíamos". "Cuando un elefante se inquieta, sus orejas se extienden a los lados, la cola se yergue o se curva hacia arriba, y el animal emite un ruido de baja frecuencia, o como una trompeta", explicó Plotnik.
Como un “apretón de manos”
El estudio descubrió que los elefantes cercanos se aproximaban al angustiado y tendían al contacto físico. Como ejemplo típico, usaban su trompa para tocar suavemente su cara, o ponían su trompa en la boca del otro animal. “Los elefantes sienten cuando ven a otros en peligro, llegando a calmarlos, de forma no muy diferente a como los chimpancés o los humanos abrazan a alguien que se siente mal”, señala De Waal.
En un ejemplo típico un elefante se acerca al costado del animal estresado y usa su trompa para tocarle la cara o coloca su trompa en la boca del otro elefante. El gesto de poner la trompa en la boca del otro es casi como un apretón de manos o un abrazo del elefante. «"Es una posición muy vulnerable porque puede ser mordido", señaló Plotnik. "Y el mensaje puede ser: 'Estoy aquí para ayudarte, no para lastimarte'", agregó.
Los elefantes también mostraron una tendencia a vocalizar, como un «alto chirrido». «Puede ser una señal como, 'Shshhh , está bien', el tipo de sonidos que un adulto humano podría hacer para tranquilizar a un bebé», apunta Joshua Plotnik, autor principal de la investigación.
Fuentes: Sexenio.com
Informador.com
ABC

* con imágenes del sitio Wired

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