TOKIO | 14 DE FEBRERO DE 2014
El Organismo
Internacional de la Energía Atómica (OIEA) ha vuelto a recomendar a Japón en su
último informe que considere el vertido al mar de agua contaminada de la
accidentada central nuclear de Fukushima.
"El equipo de la OIEA cree que es necesario encontrar soluciones sostenibles al problema de la gestión de las aguas contaminadas. Lo que requiere considerar todas las opciones, incluida la posible reanudación de los vertidos controlados al mar"
apunta el organismo en un
informe enviado este jueves a las autoridades de Japón.
El agua usada para
enfriar los rectores de la central podría contener tritio, el único isótopo
radiactivo que hasta ahora no se está eliminando al tratar el agua, pero el
informe de la OIEA asegura que su capacidad contaminante tras ser arrojada al
mar es "casi insignificante".
El informe ha sido
elaborado tras la segunda visita a Japón de un equipo de este organismo
encabezada por el español Juan Carlos Lentijo, que durante diez días el pasado
noviembre revisó la planta y zonas afectadas por el accidente de 2011.
La
misión del OIEA, formada por 19 miembros, se centró en analizar los avances en
el desmantelamiento de la central nuclear de Fukushima, golpeada por un
terremoto y un tsunami. En su informe, Lentijo alaba la "buena
estrategia" de Japón pero advierte de que "la situación aún es muy
compleja, y se seguirán presentando problemas difíciles que deben resolverse
para asegurar la estabilidad de la planta a largo plazo".
Unos 1.000 tanques en las
instalaciones de Fukushima almacenan el agua contaminada con la que se enfrían
los reactores en el largo y complicado proceso de desmantelamiento de la
central. Algunos de estos tanques han sufrido fugas graves, como las que se
detectaron el pasado verano, cuando se filtraron 300 toneladas de líquido muy
radiactivo, parte del cual fue a parar al mar.
El Gobierno estima que el
volumen de agua contaminada almacenada en depósitos alcanzará en el futuro las
800.000 toneladas. Controlar las fugas en esas cisternas y también del líquido
contaminado que se acumula en los sótanos de los reactores supone el principal
desafío para los 3.500 técnicos que trabajan en la planta.
Fuente: Diario
La Verdad
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