CLAVES PARA ENTENDER SU COMPORTAMIENTO Y
DIFERENCIAS CON LOS PERROS
ESPAÑA | 30 DE JUNIO DE 2013
Los
gatos son una de las mascotas favoritas de muchos españoles y cada vez en más
hogares es fácil encontrarse con un pequeño felino. ¿Saben sus dueños descifrar
el comportamiento de un gato? Como con los humanos, es imposible generalizar
porque cada gato es un mundo. Sin embargo, existen algunos rasgos comunes a la
especie felina, que pueden estar más o menos acentuados en cada gato. Desde
Consumer explican algunas claves para comprender algunos de sus actos:
■ Tolera más la soledad que un
perro
A
pesar de que los felinos pueden ser independientes, también los hay apegados a
sus dueños. Sin embargo, en general, si se compara a un felino con un perro, la
diferencia es notable en cuanto a que el gato tolera mejor la soledad: puede
estar más horas sin sus dueños, sin que por ello se angustie o sufra ansiedad. Un felino puede estar hasta tres días
solo en casa, siempre que tenga alimento, agua, su bandeja higiénica y un
lugar cómodo donde dormir. Sin embargo, un perro precisa no sólo varios paseos
diarios, sino también más horas que el gato en compañía de sus dueños.
■ Menos sencillo de domesticar
Los genes del gato le
predisponen para que sea un animal al que no es sencillo domesticar. Son
cazadores solitarios que no precisan la convivencia del grupo para sobrevivir y
están acostumbrados a salir adelante en soledad. No obstante, la creación de
razas de gatos de mano de los humanos ha favorecido el énfasis en sus genes de
características como la sociabilidad", asegura Zorriqueta, veterinario
experto en estos animales. El gato o Felis silvestris catus se incorporó a la
convivencia doméstica con las personas hace alrededor de 9.500 años, más
tarde que el perro. No obstante, es un error asociar el hecho de que un gato se
muestre indomable con que sea arisco.
■ Territoriales por naturaleza
Los felinos tienen
inscrita en sus genes la territorialidad. La casa en la que viven con sus
dueños es su territorio y les gusta tenerlo controlado, en su totalidad.
La costumbre del gato de encaramarse a lugares altos, como el respaldo del sofá
o las mesas, obedece a su afán por tener una adecuada perspectiva de su
territorio. El sentido de la territorialidad del gato se suele confundir por
parte de sus dueños con el hecho de que sean curiosos y tengan interés por
curiosear cualquier novedad.
El gato tiene una
personalidad muy peculiar. Un gato aceptará las caricias sólo cuando le
apetezca, pero exigirá la atención del dueño cuando él quiera. Además, tendrá
un especial instinto para elegir el lugar más fresco de la casa en verano y el
más cálido en invierno, se rebela cuando se le agobia con los mimos y
atenciones y adora su independencia. Pero cuando el gato busca la atención de
sus dueños, sabrá ganársela con un sonido que solo él emite: el ronroneo. El
particular carácter del felino no casa bien con todo el mundo. Por ello, antes
de tomar la decisión de compartir la vida con un gato, conviene informarse
sobre su personalidad única y particular.
■ Cazador nocturno
Los horarios de los
felinos son crepusculares, cuando cae el sol están más activos y por el
día duermen más. No obstante, un gato se aclimata a los hábitos de la familia
humana con la que convive y más si se tiene en cuenta que en el ámbito
doméstico no necesita cazar por la noche para comer. Los gatos pueden dormir
12 horas diarias e incluso más, pero durante ese tiempo hay muchos
momentos en los que dormita y se mantiene atento a lo que ocurre a su
alrededor. Los gatos duermen en función de sus hábitos vitales y cantidad de
actividad física que realizan. De forma que los felinos que se aburren, duermen
más durante el día, pero no significa que sean más dormilones que otros
animales, como los perros.
■ Adora la limpieza
La fama de limpios de los
gatos obedece a la realidad: a los felinos les gusta mantener su cuerpo y
entorno limpios. Por ello, el gato dedica tiempo a lamerse y acicalarse para
conservar su pelaje y piel sin suciedad. Los gatos acostumbrados al agua desde
cachorros también aceptan de buen grado los baños y retoques en la peluquería.
Los arraigados hábitos higiénicos del gato se reflejan también en su entorno:
utilizan la bandeja higiénica (el arenero) felina para hacer sus deposiciones y
rechazan dormir o comer en lugares malolientes o sucios.
El carácter y la
personalidad de los gatos suelen ser incomprendidos por sus dueños. Las señales
comunicativas del felino son malinterpretadas de forma habitual. Pero, los amos
del gato no suelen preguntar en la consulta sus dudas al respecto, lo que crea
malos entendidos en la convivencia con el animal. Un problema común fruto de la
incomprensión de los gatos por parte de los dueños es que se confunde la pereza
y somnolencia con una enfermedad del felino, como la artrosis. La razón es que
el gato no cojea, porque es un atleta y evita mostrar debilidades como forma de
protegerse frente a sus enemigos. La consecuencia es que el gato no recibe el tratamiento
veterinario que precisa para mejorar su calidad de vida.
En general, se entiende
peor el carácter del gato que el del perro. Los felinos se muestran más
reservados que los canes y su peculiar personalidad les ha acarreado famas
falsas y crueles, de demoníacos, amigo de las brujas, de tener siete vidas e
incluso dar mal fario, en el caso de los gatos negros.
Fuente: 20
Minutos
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