EE UU | 31 DE MAYO DE 2013 |
Científicos
estadounidenses tratan de modificar genéticamente la planta del tabaco para
producir combustible con el fin de reducir costes. Un equipo de la Universidad
de Berkeley acaba de iniciar los experimentos, informa el portal Euronews. En
el laboratorio de la Universidad de Berkeley, California, los investigadores
intentan incorporar en la planta del tabaco características genéticas de algas
para la biosíntesis de hidrocarburos, de tal manera que la planta pueda
optimizar la absorción de luz y de carbono. "Hemos modificado las hojas de
la planta del tabaco para que en los espacios de aire que hay dentro de ellas
se acumulen aceites", dijo Anastasios Melis, biólogo de la Universidad de
Berkeley.
Según
los expertos, una fotosíntesis más eficaz permite producir más biocombustible.
Pero, además, el tabaco transgénico tiene ventajas añadidas sobre la soja, el
maíz o la caña de azúcar transgénica, ya que un aumento de precios, que resulta
nefasto en el caso de los alimentos, no tendría consecuencias en este caso.
"El tabaco es perfecto porque no se come. Solo se necesita una
infraestructura para su cultivo y producción. Y por eso es una excelente opción
para hacer combustible", declaró la investigadora Peggy Lemaux, que
trabaja en el departamento de biología microbiana de las plantas en la misma
universidad.
La imagen es del News
Center
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Pero antes de que lo hiciera la Universidad de Berkeley, diversas
empresas y centros de investigación de todo el mundo detectaron también las
virtudes del tabaco en diversos proyectos. El objetivo es la obtención de
bioetanol y biodiésel de diversas formas, una de ellas, mediante la utilización
de ingeniería genética.
Los
impulsores de este tipo de proyectos señalan las ventajas económicas y
medioambientales que supondría la producción de biocombustible a partir del
tabaco: se da una salida a las plantaciones de este cultivo, se genera empleo
en el mundo rural, se aprovechan terrenos no aptos para alimentos y se reduce
la dependencia de los combustibles fósiles y su impacto en la contaminación y
el cambio climático.
El interés en los biocombustibles ha crecido en las
últimas décadas. La actual producción de biocombustibles supera los 100
millones de litros en todo el mundo, lo que representa casi un 3% del
combustible para el transporte en carretera. Por su parte, la Agencia
Internacional de la Energía (AIE) se ha fijado como objetivo que una cuarta
parte de la demanda mundial de combustibles sea de origen biológico de aquí al
año 2050.
Fuente: RT Noticias
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