ESPAÑA | 1 DE JUNIO DE 2013
El Comité Científico de
Naciones Unidas sobre los Efectos de la Radiación Atómica (UNSCEAR) ha afirmado
este viernes que "es poco probable" que la radiación emitida tras el
desastre nuclear de la central japonesa de Fukushima-1 en 2011 vaya a tener un
afecto adverso en la salud de las personas expuestas a ella. "La
exposición a la radiación tras el accidente nuclear no ha causado ningún efecto
de salud inmediato. Es poco probable que se puedan efectos sobre la salud en el
futuro a la población y a la mayoría de los trabajadores (de la central)",
ha agregado el comité a través de un informe. En la redacción del documento han
participado más de 80 científicos de renombre internacional, que han analizado
las informaciones existentes sobre los niveles y efectos de la exposición a la
radiación tras el accidente.
El informe ha sido
revisado por 27 países del UNSCEAR durante la 60ª sesión del organismo, que
comenzó el 27 de mayo en Viena. En esos momentos el texto está recibiendo las
últimas valoraciones de cara a su presentación ante la Asamblea General de
Naciones Unidas. El comité ha concluido que "las acciones implementadas
para proteger al público, como las evacuaciones y el refugio, redujeron de
forma significativa la exposición a la radiación que estas personas hubieran
recibido en caso contrario". Asimismo, ha agregado que no se han
registrado fallecimientos o efectos graves a causa de la radiación entre los
cerca de 25.000 trabajadores de la central.
"La lección del
accidente en Chernóbil en 1986 nos ha demostrado que, al margen de los impactos
directos sobre la salud, los efectos sociales y las consecuencias asociadas
entre la población afectada necesitarán una atención especial en los próximos
años", ha remachado. El 11 de marzo de 2011, un terremoto y un tsunami
arrasaron la costa de la prefectura japonesa de Fukushima (noreste), dando
lugar al peor accidente nuclear de la historia, junto al de la central de
Chernóbil, en Ucrania.
Fukushima-1 estaba
preparada para un terremoto, ya que Japón se asienta sobre una falla, pero no
para un tsunami, por lo que el azote del mar provocó varias explosiones de
hidrógeno que hicieron que los núcleos de algunos de sus reactores se fundieran
parcialmente. Ello provocó la liberación de una gran cantidad de partículas
radiactivas. Desde entonces, operadores de TEPCO -que gestiona Fukushima-1-
tratan de enfriar la central nuclear bombeando agua.La gran cantidad necesaria
para devolver a Fukushima-1 a niveles seguros de radiactividad ha obligado a
construir siete tanques para almacenar el agua contaminada. En los últimos
meses se han producido varias filtraciones, por lo que la Compañía Eléctrica de
Tokio (TEPCO) estudia ya otro sistema.
El miércoles, la comisión
gubernamental propuso a la empresa que construya un "muro helado"
para contener las fugas del agua radiactiva procedente de las piscinas de los
reactores de la central nuclear. TEPCO había propuesto dar salida al agua
radiactiva a través del océano, sin embargo, los pescadores locales y la
comisión gubernamental se han opuesto, esta última argumentando que sería
impensable evacuar las 400 toneladas de agua que se filtran diariamente.
La empresa que opera la
accidentada central nuclear de Fukushima reclamará más dinero de lo previsto al
Estado japonés, lo cual llevaría el costo total provisorio para los
contribuyentes del accidente de marzo de
2011 a unos 39.135 millones de dólares, afirmó el viernes un
diario japonés. Según el diario Nikkei, Tokyo Electric Power (Tepco) pedirá más
dinero para cubrir el aumento de sus gastos, provocado, entre otras cosas, por
las indemnizaciones de las víctimas y las obras en la central posteriores al
accidente.
La compañía, que, en los hechos, fue nacionalizada después del
accidente, prevé pedir este viernes un
aumento de la ayuda pública equivalente a 5.870
millones de dólares, agregó el periódico. De aceptarse este pedido, el
Estado entregará en total unos 39.135 millones de dólares, o sea 0,83% del
producto interno bruto (PIB) japonés, como consecuencia del accidente de
Fukushima.
Fuentes: El
Economista
La Tercera
La Tercera
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