LIMA | 21 DE ENERO DE 2013
Atar un cóndor gigantesco en el lomo de un toro es
la atracción principal de una festividad andina celebrada en Perú, pero algunos
temen por el futuro de esta ave en peligro de extinción y afirman que es hora
de prohibir esta tradición. Un proyecto de ley presentado este mes en el
Congreso busca desacelerar lo que científicos y ecologistas describen como un
declive preocupante en la población del cóndor andino en Perú, una de las aves
voladoras más grandes del planeta.
Los cóndores, que utilizan sus alas de tres metros
para volar en forma ininterrumpida por horas por corrientes cálidas, han sido
por miles de años clave en la cultura andina. El proyecto de ley, presentado
por un legislador y apoyado por funcionarios locales en una provincia famosa
por sus cóndores, contempla el inicio de un programa de conservación, declarar
al cóndor como patrimonio nacional y sentenciar con entre tres a cinco años de
prisión al que capture o mate a esas aves.
El plan pone la mira específicamente en el tradicional
festival "yawar",
aunque no hay estadísticas disponibles ni evidencia científica sobre si los
cóndores resultan afectados en esta celebración. En una especie de corrida de
toros andina, el ritual involucra atar a un cóndor, que representa a los pueblos
indígenas, al lomo trasero de un toro salvaje, que representa a los
colonizadores. Si bien es muy pronto para saber si la medida será aprobada en
el Congreso, posiblemente genere controversia sobre si proteger al cóndor
significará el fin de una tradición peruana que según sus partidarios rinde
homenaje al mismo.
En los festivales "yawar", realizados anualmente en entre dos a tres decenas
de pueblos en los Andes del sur peruano, las personas hacen turno para correr
frente al toro enfurecido por tener al cóndor en su lomo. Los participantes
dicen que protegen a los cóndores antes de liberarlos del toro, dado que el que
salga herido o muerto presagia mala suerte para toda la población. Uno de los
autores del proyecto de ley, Elmer Cáceres, alcalde de la provincia de Caylloma
en la montañosa región de Arequipa, dijo que esa opinión es ingenua.
"Es una tradición enfermiza, le rompen el ala,
lo pisotean, lo atan a un toro que salta para sacárselo, y si no mueren allí se
muere traumado en otra parte. Deberían prohibirlo y meter a esta gente en la
cárcel", sostuvo Cáceres. A Yuri Ortiz de Zevallos, alcalde del distrito
de Cotabambas en la región de Apurímac, también le preocupa el declive en la
población de cóndores. "Cuando era joven y poníamos la carnada podíamos
ver unos 20 30, 40 cóndores, ahora vienen de 5 a 10", afirmó. Pero
consideró que los festivales "yawar"
están siendo puestos en la mira en forma injusta. "Nunca he visto un
cóndor morir en un festival yawar",
acotó.
Habitat
perdido
La supervivencia del cóndor en Perú también es
amenazada por la reducción de su hábitat a causa del desarrollo, incluyendo
grandes proyectos mineros en los Andes y el tráfico de su plumaje y partes del
cuerpo. Asimismo, actualmente, la menor cantidad de ganado disponible se pierde
o muere, reduciendo el suministro de carroña para esta ave. No hay disponible
una cifra confiable de cuántos cóndores viven en los Andes peruanos y
científicos dicen que tampoco han sido realizados estudios exhaustivos en esta
región.
José Antonio Ochoa, biólogo en el sur del país que
trabaja en la Frankfurt Zoological
Society, dijo que toda la evidencia sugiere una caída alarmante en Perú y
estimó la población actual en no más de 500. El Ministerio de Cultura ha
declarado a por lo menos un festival anual "yawar" como parte del
patrimonio cultural del país, y la ley, de ser aprobada, confligiría con otras
leyes peruanas diseñadas para proteger la diversidad cultural. "Todo es el producto de
conservacionistas exagerados que no tienen ningún respeto por las tradiciones
de nuestros pueblos, que son fuentes de vital importancia para la conservación
de su identidad cultural", dijo Juan Ossio, ex ministro de Cultura y
antropólogo de la Pontificia Universidad Católica de Perú.
Pero Perú Antitaurino, un grupo en favor de los
derechos de los animales que busca prohibir las corridas de toro, dijo que los
festivales "yawar"
podrían exterminar al animal que es tan importante en la cultura andina.
Los cóndores
han sido criaturas exaltadas a lo largo de los Andes desde antes del imperio
incaico. Una figura de 135 metros de un cóndor es una de las famosas Líneas de
Nazca, gigantescos jeroglíficos de misterioso origen ubicados en el desierto
peruano desde hace más de 1.500 años. Asimismo, las ruinas de Machu Picchu
contienen un petroglifo de un cóndor en vuelo, considerado por algunos como el
antiguo altar de un templo de sacrificios.
Muchas comunidades quechuahablantes consideran al
cóndor sagrado. "El cóndor es el Dios de los Andes (...) antes de cazarlo,
no es simplemente ir y matar a un caballo y ya viene el cóndor, sino que hay
que hacer pagos a la tierra Y tienes que comunicarte espiritualmente con el
apu, con el cóndor, explicarle lo que deseas", precisó Ortiz de Zevallos.
Programas
de reproduccion
Los cóndores andinos, que pueden volar más de 160
kilómetros en un solo día, solían estar conectados a través de los Andes desde
Argentina hasta Venezuela en una única población. Dado que los grupos fragmentados
ya no interactúan, en el largo plazo corren el riesgo de caer en un
"cuello de botella" genético, en el que la reproducción resulte en
defectos como infertilidad.
Michael Mace, un especialista de aves en San Diego Zoo Safari Park, dijo que Perú
podría beneficiarse de un programa de reproducción en cautiverio. Estados
Unidos inició a fines de la década de 1980 un exitoso programa de reproducción
en cautiverio con el cóndor californiano, una especie diferente y levemente más
pequeña, luego de que la población se redujo a apenas 22. Actualmente, la
población asciende a más de 400, con más en libertad que cautivos.
Científicos en San
Diego Zoo Safari Park y sus socios dicen que han liberado exitosamente
cóndores andinos en otros países sudamericanos. Al menos 12 han sido liberados
en Venezuela, donde habían estado extintos desde 1965, y 74 en Colombia. Ochoa
dijo que desde hace tiempo se requieren de investigaciones serias y de un
programa de conservación en Perú. El y sus colegas están buscando fondos para un
programa de un año para realizar un censo y colocar dispositivos de rastreo en
cóndores con el fin de determinar cuántos quedan y la mejor manera de detener
su declive.
"Creo que debemos acostumbrarnos a hacer
decisiones basadas en hechos (...) sería prematuro aprobar leyes cuando ni
siquiera sabemos cuántos hay", dijo Ochoa. Cáceres, en cuya provincia se
sacrifican burros todas las semanas para que sean comidos por los cóndores,
dijo que puede que no quede mucho tiempo. El funcionario estimó que el Cañón
del Colca, un destino turístico dos veces más profundo que el Cañón del
Colorado, alberga a sólo 25 cóndores, una fracción de lo que había hace unos
años. (Reporte
de Mitra Taj. Editado en español por Silene Ramírez.)
Fuente:
Terra
Argentina
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