Por:
Ramiro Velásquez Gómez
COLOMBIA | 4 DE ENERO DE 2013
Perros y gatos comparten más que antes la misma vida
de sus amos y están muriendo de lo mismo que ellos: asma, diabetes, cáncer,
obesidad entre otros males. Parece increíble, pero así es. Esa creencia de que
a los animales de compañía los aquejan enfermedades muy diferentes a las que
padecemos los humanos es solo parcial.
En un artículo en Scientific American, Melissa
Paoloni, una veterinaria oncóloga explicó que "como comparten nuestros
ambientes, están expuestos a los mismos contaminantes que nosotros". Y
agregaría: cada vez los vemos tan cercanos, que hacemos que adopten nuestros
estilos de vida: comida por aquí y por allá, muchas veces de la misma que nos
engorda y provoca diabetes y otras enfermedades tan comunes ahora.
Los científicos están comenzando a revelar ciertos
vínculos entre ambiente y salud de las llamadas mascotas. Algunos químicos para
las matas y contra plagas caseras pueden incrementar el riesgo de linfoma
canino y el cáncer de vejiga.
Los gatos expuestos a retardantes de las llamas,
que se encuentran en muebles, computadores y tapetes tienen mayores problemas
de tiroides. Recuerdan algunos miles de japoneses que en los años 50 murieron o
sufrieron serios quebrantos de salud por envenenamiento con mercurio procedente
de peces. Antes de que ocurriera, los gatos comenzaron a mostrar extraños
comportamientos, víctimas del mismo elemento pero que nadie relacionó.
En los últimos años, la ciencia ha encontrado que el
ozono, principal ingrediente del smog que vemos en nuestras
ciudades contribuye al asma felina y el cigarrillo que tranquilamente fuman las
personas es causa de cáncer de pulmón, nariz y garganta en perros. Cosa de
todos los días es ver por nuestras calles perros labradores, bulldogs, beagles
y muchos más pasear una gordura aterradora, mientras sus tenedores se pavonean
orgullosos del daño que les están haciendo.
Los males de la vida moderna se están transmitiendo
a los animales que más nos acompañan. El mal se los hacemos directa e
indirectamente, muchas veces a propósito, otras sin saberlo y se presentan ya
casos de amos y perros que han fallecido por el mismo tipo de enfermedad. Para
la ciencia, es una oportunidad para estudiar a profundidad ciertos
padecimientos y hasta buscar nuevas drogas, pero en verdad es triste lo que
sucede.
Fuente:
El
Colombiano
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