ONTARIO • 9 DE SEPTIEMBRE DE 2011
Al parecer, las plantas también poseen valores familiares, según sugiere
un nuevo estudio, y pueden reconocer a sus parientes cercanos para trabajar en
colaboración. La capacidad para diferenciar a un familiar de entre un grupo de
desconocidos es ya bien conocida entre los animales, lo que les permite
cooperar y compartir recursos; sin embargo, los científicos creen que las
plantas tienen destrezas sociales parecidas.
Susan Dudley y Amanda File, de la Universidad
McMaster en Ontario, Canadá, informaron haber demostrado por primera vez
que las plantas pueden reconocer a sus familiares. Esto sugiere que las
plantas, aunque carentes de memoria y capacidad cognoscitiva, son capaces de
establecer complejas interacciones sociales. "Las plantas tienen una vida
social oculta bastante complicada", afirmó Dudley. Su estudio reveló que
las plantas de la misma especie de una flor silvestre costera crecen de manera
agresiva junto a vecinas no emparentadas, pero son menos competitivas cuando
comparten la tierra con sus hermanas.
Cakile edentula, una especie
norteamericana, presentó un desarrollo de raíces más vigoroso al sembrarla en
macetas con plantas no emparentadas que cuando se le cultivaba con miembros de
la misma familia materna. Según las investigadoras, este es un ejemplo de
selección familiar, conducta común en los animales donde individuos
estrechamente emparentados actúan como grupo para sobrevivir en su ambiente.
Menos competencia
La selección familiar también se aplica a la competencia, agregaron las
científicas, porque si los integrantes de la familia compiten menos entre sí,
el grupo se desarrollará mejor en su conjunto. "Por todas partes se puede
ver que hay plantas que crecen junto a otras", señaló Dudley. En ese caso,
casi siempre la competencia se traduce en la supervivencia de la más fuerte.
"Pero a veces las plantas están emparentadas, y obtienen beneficios al no
consumir recursos que gastarían en la competencia -agregó Dudley-. Y, en
realidad, no tienen que pagar el precio de no ser competitivas siempre y cuando
las vecinas tampoco lo sean"".
Los hallazgos de las investigadoras fueron publicados en la edición más
reciente de la revista Biology Letters. Más recientemente, una
investigación no publicada por el equipo de Dudley sugirió que otras plantas, a
parte de la Cakile edentula, poseen una conducta semejante. Además de
limitar el crecimiento de sus raíces, también desarrollan tallos de distintas
alturas en presencia de sus hermanas, afirmó. Sin embargo, la forma como las
plantas identifican a sus parientes sigue siendo un misterio, reconoció Dudley.
Aunque el aprendizaje y la memoria juegan un papel importante en el
reconocimiento familiar de los animales, las plantas no tienen esa opción,
señaló. Algunos investigadores especulan que las plantas se comunican por medio
de las raíces, identificándose mediante minúsculas "firmas" químicas
específicas de cada familia.
Producción de
cultivos
El nuevo estudio podría tener importantes implicaciones para la
agricultura, agregó Dudley, ya que la competencia puede afectar la producción.
En teoría, se cree que es posible mejorar las cosechas si se siembran hermanas
colaboradoras en vez de plantas desconocidas. La investigación informa que
otros estudios recientes sugieren que las plantas son mejores comunicadoras de
lo que se creía. Por ejemplo, algunas especies responden al ataque de insectos
que destruyen sus hojas, produciendo sustancias químicas que atraen avispas,
que a su vez atacan a los insectos indeseables. No obstante, los científicos
continúan perplejos ante el hecho de que las plantas vecinas, que los insectos
no atacan, emiten señales de auxilio similares.
En otro estudio por parte de la Universidad de Kyoto, Japón, los investigadores
descubrieron que esto podría ser prueba de una señal de alarma adicional
generada por las plantas infestadas: las plantas atacadas envían una señal a
sus hermanas, las cuales responden generando sus propios "mensajes"
de urgencia. "Proponemos la hipótesis de que las plantas han evolucionado
para emitir una señal de ayuda secundaria a sus parientes más cercanas,
utilizando a los enemigos naturales [de la plaga de insectos]",
escribieron Yutaka Kobayashi y Norio Yamamura en la edición más reciente de la
revista Evolutionary Ecology. También se sabe que las plantas
pueden identificar a sus parientes cercanos para evitar la endogamia, agregó
Dudley. "Poseen mecanismos de autoincompatibilidad con los que reconocen
el polen -explicó-. De esta manera, impiden la fecundación con su propio polen
o el de una planta que comparte sus genes."
Fuente: National Geographic
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