MADRID • 9 DE
JULIO DE 2007
El desarrollo de los
biocombustibles en los últimos tiempos, no sólo ha provocado subidas de precios
en los cereales y un incremento en los precios de los piensos, con el
consiguiente impacto negativo en la cabaña ganadera. También ha ocasionado
incrementos de precios en el conjunto de las semillas vegetales para la
producción de aceites, especialmente del girasol, con efectos sobre la
industria alimentaria y el consumidor. Para la producción de biodiésel, las
empresas de biocombustibles están utilizando fundamentalmente materias primas
como soja, colza, coco y girasol.
Según los datos
manejados por los industriales españoles envasadores de aceite, desde el pasado
mes de noviembre, los precios del aceite de girasol en crudo han experimentado
un incremento del 20%, subidas que ya se han comenzado a repercutir al
consumidor. Frente a unas cotizaciones medias en los mercados mundiales en
noviembre para el aceite de girasol a granel de 660 euros tonelada, en la
actualidad el precio se acerca a los 800 euros. Esta subida de los precios se
debe, en una parte muy importante, a la existencia de una mayor demanda de este
tipo de aceites para la obtención de biocombustibles. Sin embargo, se considera
que los incrementos se deben igualmente a la existencia de una mayor demanda
para usos alimentarios en el mundo y, sobre todo, en países como China o India.
Para los operadores, este incremento no es coyuntural, sino que se prolongará
hasta alcanzar un mayor equilibrio entre la oferta y la nueva demanda para usos
industriales y alimentarios.
Fuente: El
País
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