ESPAÑA • 22 DE DICIEMBRE DE 2007
El entomólogo y paleontólogo estadounidense David
Grimaldi, conservador del Museo de Historia Natural de Nueva York, ha afirmado,
en una entrevista con EFE, que "la existencia de los humanos depende de
los insectos", pese a que estos pequeños animales están "totalmente
infravalorados". Grimaldi, que ha acudido a Barcelona invitado por la
Obra Social de La Caixa, ha explicado que los insectos tienen un papel clave en
el funcionamiento de la Tierra, ya que de ellos depende, entre otras cosas, la
polinización de más del ochenta por ciento de las plantas y cosechas de todo el
mundo.
"Sólo si las abejas no existieran, la
Tierra ya sería distinta", ha señalado el
experto, que ha destacado, especialmente, la labor de dos de los insectos a
cuya erradicación dedican los humanos más esfuerzos, como son las hormigas y
las termitas, principales responsables de la movilidad de la materia orgánica y
del mantenimiento del equilibrio ecológico del planeta. "Si desaparecieran las termitas, las selvas tropicales serían
lugares radicalmente distintos, y hay que tener en cuenta que los bosques
tropicales son los principales productores de oxígeno", ha
remarcado Grimaldi, que ha lamentado que, pese a su vital importancia para la
supervivencia del planeta, los insectos estén tan "infravalorados".
En la actualidad hay cerca de un millón de insectos
descritos, aunque se calcula que existen entre tres y cinco millones más aún
por descubrir. Los primeros insectos que pisaron la Tierra lo hicieron
hace más de 3.000 millones de años, cuando el planeta tenía un clima muy
violento, una atmósfera totalmente distinta, no había vertebrados y la mayoría
de formas de vida se encontraban en el océano. Con sus cientos de millones
de años de historia, los insectos han demostrado ser uno de los grupos animales
con mayor éxito de adaptación, un triunfo de supervivencia no menos que
admirable al que Grimaldi ha intentado dar una explicación lógica en los
últimos años.
Según este experto, los insectos estaban
"predestinados" a tener éxito biológico. En primer lugar, explica,
por su edad, ya que al ser uno de los primeros seres en colonizar la Tierra
fueron evolucionando y ocupando nichos ecológicos. Sus esqueletos, que
evitan la desecación; sus articulaciones, que los dotan de una enorme
flexibilidad; las alas, que les permiten escapar de sus enemigos y rastrear
alimentos, y su transformación mediante la metamorfosis, son para Grimaldi los
otros factores que han determinado el éxito de adaptación de estos minúsculos
animales. "En su conjunto, tienen ciclos de vida relativamente cortos
y tienen mucha descendencia, lo que hace que sean animales extremadamente
adaptables, hasta el punto que parecen menos vulnerables a las extinciones en
masa que han afectado otras formas de vida", ha subrayado el responsable de
la sección de Zoología de Invertebrados del Museo de Historia Natural de Nueva
York.
No obstante, Grimaldi ha advertido de las nefastas
consecuencias que el calentamiento global del planeta tendrá también sobre los
insectos e, indirectamente, sobre los humanos, a consecuencia de los cambios
que sufrirán los hábitats tropicales, en los que viven gran parte de las
especies de estos animales. "Con la llegada del clima tropical a
otras regiones, los insectos irán hacia el norte y eso incluye la llegada a
Europa de artrópodos portadores de enfermedades", ha alertado el
entomólogo.
David Grimaldi es un reconocido paleontólogo que ha
desarrollado parte de su trabajo en España, y, en concreto, en Teruel, donde el
pasado año halló, en colaboración con unos colegas españoles, una gota de ámbar
que conservaba en su interior la telaraña más antigua del mundo, con más de 110
millones de años de antigüedad.
Fuente:
La
Opinión de Coruña
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