MÉXICO |
13 DE AGOSTO DE 2014
Quedan menos de 100 y están entre los mamíferos
más amenazados del mundo porque mueren atrapadas en las redes que buscan peces
totoaba, una especie también en peligro. Las vaquitas marinas mexicanas, dicen los expertos,
desaparecerán del planeta en menos de cuatro años si no se toman medidas
drásticas y urgentes.
El único hábitat de
este pequeño cetáceo es el Alto Golfo de California en México, y aunque existen
iniciativas oficiales para protegerlos desde hace años, las vaquitas siguen
muriendo en las redes agalleras o chinchorros. "Pese
a todos los esfuerzos, los datos más recientes indican que la población de
vaquitas está disminuyendo a una tasa de 18% al año", dice el último informe del Comité
Internacional para la Recuperación de la Vaquita (CIRVA), un organismo
científico que se formó en 1996 para estudiar y promover su conservación.
En 2012 el organismo
había contado 200 especímenes. Desde entonces, se estima que la mitad murieron
atrapadas en redes agalleras. Según los datos que ha publicado recientemente el
CIRVA, quedan 97 vaquitas, entre las cuales solo hay 25 hembras en edad de
reproducción.
Sería el segundo cetáceo extinto por causa del hombre
Las pequeñas marsopas del
Golfo de California son tímidas, y se caracterizan por un borde oscuro que
rodea sus ojos. La especie, que fue descrita en 1958, vive en un área de pesca
intensa con chinchorros. Estas redes diseñadas para capturar peces -que se
quedan enganchados de las agallas, por eso se conocen como
"agalleras"- también atrapan delfines, vaquitas y tortugas.
El gobierno mexicano ha
impulsado un plan de protección que incluye un refugio y la prohibición de la
pesca comercial, además de un programa para incentivar a los pescadores locales
para que cambien sus redes por unas que no amenacen a las vaquitas. Pero,
asegura el CIRVA, los científicos han advertido desde hace años que cualquier
medida menor a la eliminación total de las redes chinchorro será insuficiente
para evitar la extinción de la vaquita. Si eso ocurre, será la segunda especie
de ballena, delfín o marsopa llevada a la extinción por el hombre, siguiendo el
destino del delfín del Río Yangtze, en China.
Víctimas de la pesca ilegal de Totoaba
Pez Totoaba |
En los últimos años ha
aumentado la pesca ilegal que empeora la precaria situación de la vaquita. Y es
que la avidez por el pez totoaba, también amenazado, una especie de gran tamaño
muy valorada porque su vejiga natatoria se utiliza en China como ingrediente
para una sopa y se le atribuyen propiedades medicinales, se ha incrementado.
Según reportes obtenidos
por miembros del comité, los compradores ofrecen a los pescadores hasta
U$S8.500 por cada kilogramo de vejiga natatoria o buche de totoaba, algo que
representa la mitad de lo que ganan al año por la pesca legal. El tráfico
ilegal de buches llega hasta Asia pasando por la costa oeste de Estados Unidos,
según han identificado los investigadores y los informes de la prensa local. Por
eso, tras la quinta reunión del CIRVA en julio pasado, los expertos pidieron a
las autoridades mexicanas regulaciones de emergencia y a los gobiernos de
EE.UU. y China que colaboren para detener la pesca ilegal de estos peces, y así
proteger a las vaquitas.
Necesario implementar una zona protegida
"El CIRVA recomienda firmemente que el
gobierno de México promulgue regulaciones de emergencia estableciendo una
zona de exclusión de redes agalleras que cubra toda el área de distribución
de las vaquitas, no solo el refugio ya existente, empezando en septiembre de
2014",
dice en su informe el comité. Por su parte, el gobierno, a través de la
Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) firmó un convenio
con otras dependencias federales para ampliar la vigilancia en el Alto Golfo de
California.
Sin embargo, la clave
para salvar a las vaquitas marinas está también en la formación y el
equipamiento de los pescadores que dependen de la pesca en la zona para que
puedan reconvertir sus tecnologías. "Siempre hemos estado dispuestos a
colaborar con la protección de la vaquita. Muchos de nosotros hicimos
reconversiones de redes a jaulas", explicaba a BBC Mundo una pescadora de
la comunidad de San Felipe cuando los planes de protección llevaban pocos años.
Pero este no es un
proceso fácil para los pescadores, que deben encontrar el equilibrio entre sus
necesidades, la presión del gobierno y la tentación que ofrecen los compradores
asiáticos. Mientras tanto a la vaquita, especialmente vulnerable a las redes
que buscan totoabas, se le está acabando el tiempo.
Fuente: BBC
Mundo
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