Por:
Jonathon Benson / Natural News
ESPAÑA | 2 DE JULIO DE 2014
La idea de que el ADN de los organismos
modificados genéticamente (OMG), pueda ser digerido por el tracto digestivo y
que por ende yace inocuo, según afirmaciones de la industria, es
completamente falsa.
Un reciente estudio
publicado en la revista científica PLOS ONE, encontró que fragmentos
enormes de ADN de los transgénicos derivados de las comidas, eran capaces de
transferir sus genes directamente a la sangre, desmontando el mito de
que los alimentos transgénicos actúan del mismo modo que los alimentos
naturales. Una combinación de análisis de cuatro estudios independientes, con
más de mil muestras humanas y un equipo de investigadores de las universidades
de Hungría, Dinamarca y Estados Unidos examinaron el proceso de asimilación de
los OMG, ya que actualmente estos se consumen alrededor del mundo. Esto también
incluye derivados de cultivos de transgénicos como jarabe de maíz rico en
fructosa (JMAF) hecho de maíz genéticamente modificado, proteína de soja
genéticamente modificada y hasta la carne de animales alimentados con una dieta
basada en transgénicos.
Después de examinar los
datos de cómo el cuerpo humano procesa estos y otras formas de OMG, el equipo descubrió
que los transgénicos no son digeridos completamente por el cuerpo durante
el proceso digestivo. Lo que normalmente se degrada en sustancias más pequeñas
como amino ácidos y ácidos nucleicos se encontró que aun permanecían completos.
Adicionalmente, se encontraron de estos fragmentos que pueden pasar
directamente al sistema circulatorio, a veces a un nivel más alto que el del
mismo ADN del ser humano.
"Basado en los análisis de más de mil muestras
humanas de cuatro estudios independientes, reportamos evidencia de que los
fragmentos de ADN derivados de alimentos, que sean lo suficientemente grandes
como para albergar genes, son capaces de evitar la degradación y, a
través de un mecanismo desconocido, entrar al sistema circulatorio”,
explicaron los autores en su resumen del estudio. “En una de las muestras de
sangre, la concentración de ADN vegetal es la misma que del ADN humano”.
Alteran composición de la flora del tracto
digestivo
Este descubrimiento es
sorprendente ya que comprueba que son falsas las afirmaciones hechas por
Monsanto y otros- que los transgénicos no son distintos a los que no lo son a
la hora de interactuar en el cuerpo. Monsanto hasta declara en su página de “Seguridad
de Alimentos” que el ADN de los OMG se “digieren exhaustivamente” y que “no
presentan ningún peligro”, declaraciones que ahora se comprueba son
mentiras.
Basado en los últimos
análisis de cómo los genes de las comidas son transferidas del tracto digestivo
al sistema circulatorio, ahora es evidente que los genes de los OMG sí logran
pasar por el sistema circulatorio en su totalidad. Su presencia también está
asociada a enfermedades como la inflamatoria del intestino, adenoma y cáncer
colorrectal. Ante la presencia de genes transgénicos en el intestino delgado se
encontró también que afecta la composición de la flora intestinal, a las bacterias
responsables de proteger al intestino en contra de invasores foráneos y de
ayudar a absorber los nutrientes de los alimentos.
Personas con ileostomías,
o perforaciones en sus paredes abdominales como resultado de una cirugía,
literalmente albergan secuencias completas de ADN de transgénicos en sus
tractos digestivos. Por supuesto, nada de esto es verdaderamente
sorprendente, ya que las actividades biológicas detrás de cómo el cuerpo
procesa los OMG nunca han sido estudiadas legítimamente. Compañías biotecnológicas
sólo han promulgado que los transgénicos son iguales a los alimentos naturales,
pero sin evidencias para respaldarlo, y esto fue suficiente para que muchos
gobiernos en el mundo los aprueben para su consumo.
“Una mutación pequeña dentro del cuerpo humano puede
determinar mucho. Sólo con mover un gen, un solo gen, un diminuto gen fuera de
un organismo y dentro de otro, cambias su contexto por completo”, dijo David Suzuki, cofundador de la
Fundación David Suzuki. “No hay manera de predecir cómo se va a comportar y
cuál será el resultado".
Fuente: La
Gran Época
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