ESPAÑA | 25 DE JULIO DE 2014
La biodiversidad actual del planeta, el producto de
3.500 millones de años de ensayo y error evolutivo, es la más alta en la
historia de la vida. Pero puede estar llegando a un punto de inflexión.
Un grupo de científicos
advierte que la pérdida y el deterioro de los animales está contribuyendo a lo
que parece ser los primeros días de la sexta extinción biológica masa del
planeta. Desde 1500, más de 320 vertebrados terrestres se han extinguido. Las
poblaciones de las especies restantes muestran una disminución promedio del 25%
en abundancia. La situación es igualmente grave para la vida de los animales
invertebrados.
Según informa un estudio sobre el impacto de los humanos sobre
el número de animales en declive, este descenso importa por los enormes
beneficios que los invertebrados, como insectos, arañas, crustáceos, babosas y
gusanos, tienen en la vida diaria de los hombres, como la polinización y el
control de plagas en los cultivos, la descomposición y el ciclo de los
nutrientes, la filtración del agua y la salud humana.
El estudio, publicado en
la revista Science y liderado por el 'University College London' (UCL),
en Reino Unido y las universidadades de Stanford y de California en Santa
Bárbara (UCSB), ambas en California, Estados Unidos, se centró en la
desaparición de los invertebrados, en particular, porque los grandes
vertebrados se han estudiado ampliamente. Encontraron cambios generalizados
similares en ambos, con una disminución en curso en los invertebrados que
sorprendió a los científicos, ya que, anteriormente, habían sido vistos como
los supervivientes de la naturaleza.
Esta decadencia en el
número de invertebrados se debe a dos factores principales: la pérdida de
hábitat y la alteración del clima a escala global. Sólo en Reino Unido, los
científicos observaron que en las zonas habitadas por insectos comunes, como
escarabajos, mariposas, abejas y avispas, se ha producido un descenso de entre
el 30 y el 60 por ciento en los últimos 40 años. La disminución de estas
especies pone en peligro, en gran medida, la capacidad de la naturaleza de
proveer a los seres humanos de cosas que necesitan.
Polinización animal
En términos económicos,
estos animales proporcionan servicios importantes a los humanos, a menudo, de
miles de millones de euros. Por ejemplo, se requiere la polinización de los
insectos en el 75% de todos los cultivos alimentarios del mundo y se estima en
un valor de aproximadamente el 10% del valor económico de toda la oferta de
alimentos del mundo. A nivel mundial, los polinizadores parece estar
disminuyendo fuertemente en abundancia y diversidad.
El valor del control de
plagas por los depredadores nativos solo en Estados Unidos se estima en 4.500 millones
de dólares (3.337 millones de euros) al año, unos costos que podrían aumentar
con la disminución del número de depredadores. Además, los insectos y los
vertebrados (como las aves) son importantes para el ciclo de los nutrientes y
llevarlos a través de largas distancias, sin los cuales la integridad de las
funciones de otros ecosistemas, como la productividad de las plantas, podría
verse comprometida.
Por su parte, la
disminución de las poblaciones de anfibios ha conducido a un aumento de las
algas y la biomasa de las aguas residuales, lo que a su vez reduce la absorción
de nitrógeno. También la caída del número de invertebrados se conoce por poner
en peligro la producción de alimentos al reducir la polinización, la dispersión
de semillas y la depredación de insectos, pero el impacto que la continua
pérdida de animales, incluyendo invertebrados, tiene sobre la propagación de
las enfermedades humanas debe entenderse mejor como una prioridad.
Cambio en los ecosistemas
Los científicos creen que
hay una creciente comprensión de cómo los ecosistemas están cambiando, pero
para hacer frente a estos problemas, se necesitan mejores predicciones del
impacto de los cambios junto con políticas efectivas para revertir las pérdidas
actualmente observadas. Con este enfoque, puede priorizarse la conservación de
las especies para proteger los procesos que sirven a las necesidades humanas y
promoverse campañas de éxito a mayor escala para efectuar un cambio positivo a
nivel mundial.
"Nos quedamos
impactados al descubrir pérdidas similares en los invertebrados a las de los
animales más grandes, ya que se pensaba anteriormente que los invertebrados
eran más resistentes. Aunque no entendemos completamente cuál será el impacto a
largo plazo de la disminución de estos números, en la actualidad nos
encontramos en la posición potencialmente peligrosa de perder una parte
integral de los ecosistemas sin saber qué papel juegan", afirma Ben
Collen, autor del estudio y experto en Biociencias de UCL.
A ello, Rodolfo Dirzo,
del Instituto Stanford Woods para el Medio Ambiente de la Universidad de
Stanford y autor principal del estudio, añade: "Cuando la densidad humana
es alta, se producen altas tasas de defaunación, alta incidencia de roedores y,
por tanto, altos niveles de patógenos, lo que aumenta los riesgos de
transmisión de la enfermedad. ¿Quién iba a pensar que solo la defaunación
tendría todas estas consecuencias dramáticas? Puede ser un círculo
vicioso".
Fuente: El
Periódico
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