BRUSELAS | 24 DE MAYO DE 2013
La Unión Europea
prohibirá a partir del 1 de diciembre, y durante un periodo de dos años, el uso
de los tres neonicotinoides más frecuentes como plaguicidas en la siembra del
girasol, la colza, el algodón y el maíz, por los riesgos que plantean para la
salud de las abejas melíferas y otros polinizadores, cuya mortalidad ha
aumentado fuertemente en los últimos años.
La decisión fue anunciada el pasado
abril por el comisario de Salud y Consumo, Tonio Borg, tras lograr el apoyo de
una mayoría de países suficiente para seguir adelante con su propuesta; pero ha
sido este viernes cuando el Ejecutivo comunitario ha formalizado la adopción de
las medidas. No se trata de una prohibición total de los químicos señalados,
sino restringida a su uso en los granos y semillas que son atractivos para las
abejas y prevé una serie de salvaguardas, como no aplicar el veto a los
cultivos en invernadero o a granos que ya existan de aquí a noviembre, según ha
informado en rueda de prensa el portavoz de Borg, Frédéric Vincent. También
habrá una excepción para los cultivos a cielo abierto "sólo después de la
floración".
Las restricciones que se aplicarán desde el 1 de diciembre
podrían afectar a un tercio de las semillas preparadas en la UE
aproximadamente, de las que España es uno de los principales productores. Por
el impacto de la medida y las reservas de algunos países, que consideran que
faltan datos científicos que avalen la medida, el comisario se ha compromete a
revisar su plan en un plazo de dos años y tan pronto como haya nuevos datos
científicos y avances técnicos.
La medida se basa en el
principio de precaución a partir de un informe de la Agencia Europea de
Seguridad Alimentaria (EFSA) que identifica tres plaguicidas de la familia de
los neonicotinoides como peligrosos para las abejas, aunque no para el humano. Son,
en concreto, tres químicos comercializados en Europa por Bayer y Syngenta
--clotianidina, tiametoxam e imidacloprid--, que pueden afectar al sistema
nervioso de los insectos causándoles parálisis y hasta la muerte.
La Comisión ha dado de plazo hasta el 30 de
septiembre para que los gobiernos nacionales, que tienen la
"responsabilidad" de garantizar el cumplimiento del veto,
"retiren o modifiquen las autorizaciones vigentes y se amolden a las
restricciones de la UE". Así, sólo podrán expedir nuevos permisos
"para el uso de las actuales existencias de estos plaguicidas hasta el 30
de noviembre", según recalca el Ejecutivo comunitario.
Bruselas trabajada
desde 2010 en una estrategia para proteger a las abejas melíferas, tras
constatar una fuerte disminución de su población en los últimos años sin
razones claras aparentes. La producción apícola supone 22.000 millones de euros
para la agricultura europea. La estrategia comunitaria para proteger a las
abejas incluye otras acciones como la designación de un laboratorio de
referencia, una mayor cofinanciación de la UE en los programas nacionales de
apicultura y más fondos europeos para estudios de vigilancia en 17 Estados
miembros voluntarios.
Fuente: Europa Press
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