MADRID | 24 DE MAYO DE 2013
Las cucarachas son
terriblemente resistentes, con organismos capaces de amoldarse a cualquier
entorno por inhóspito y dañino que nos parezca. Lo que no sabíamos es que la
capacidad de adaptación de estas criaturas ha llegado a límites insospechados,
a límites que implican cambios en su propia evolución. Entomólogos de la
Universidad de Carolina del Norte afirman en la revista Science que las
cucarachas rubias o alemanas, comunes en viviendas y edificios, han
desarrollado de forma natural una aversión al azúcar, un ingrediente popular en
las trampas venenosas que se utilizan para eliminarlas. Las cucarachas alemanas
normales son grandes amantes de la glucosa, un manjar que están dispuestas a
devorar. Sin embargo, en las que sí han sufrido este cambio, la glucosa
desencadena receptores amargos en sus papilas gustativas, como si en vez de un
dulce cataran un grano de café, provocando que eviten los alimentos que
desencadenan esta reacción. Esta aversión tiene una base genética y es
heredada por la descendencia, de forma que cada vez más grandes grupos de
cucarachas rechazan la glucosa y los cebos elaborados con ella. Para llegar a
esta conclusión, los investigadores no solo observaron el comportamiento de las
cucarachas, sino que llevaron a cabo pruebas en la lengua de los insectos que
demostraron que el azúcar estimula las neuronas receptoras amargas. Las
cucarachas con aversión a la glucosa que se vieron obligadas a probarla en el
experimento se negaron a ingerir el azúcar, de la misma forma que un niño
escupe la comida de sabor amargo. Las compañeras normales, sin embargo, estaban
dispuestas a comerse la glucosa.
Poderosa ventaja
Pero esta mutación tiene
un coste. En laboratorio, donde no hay estrés nutricional, los ejemplares con
aversión a la glucosa crecen más lentamente que los normales. «Ahora
queremos entender cómo este rasgo persiste en la naturaleza, donde el
suministro de alimentos es probablemente limitado», dice el entomólogo Jules
Silverman. «Las cucarachas tienen que adaptarse a un suministro de alimentos
variado y poco fiable, y la aversión a la glucosa supone una restricción
adicional en la obtención de una adecuada nutrición». En nuestra batalla contra
las plagas, la mayoría de ellas han ido ganando resistencia a los insecticidas.
Y en ese caso, la increíble mutación de las cucarachas hace que nos saquen una
poderosa ventaja.
Fuente: ABC
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