EE UU | 8 DE OCTUBRE DE 2013
Un reciente estudio
demostró lo que muchos han sospechado: los perros también tienen sentimientos y
emociones. Para concluir esto, Gregory Berns, profesor de neuroeconomía de la
Emory University en Atlanta (Georgia, EEUU), junto a otros especialistas,
analizó imágenes de resonancia magnética del cerebro de varios perros,
incluyendo el suyo, y descubrió que los canes utilizan la misma parte del
cerebro para sentir que los humanos. Como los perros no son capaces de expresar
sus sentimientos, fue necesario monitorear su actividad cerebral.
Berns relató en el diario
The New York Times en una columna titulada “Los perros son personas también” ,
que los escáneres de resonancia magnética requieren estar quieto, por lo que
generalmente se anestesia o aplica sedantes a los animales para mantenerlos
tranquilos durante estos exámenes. “Pero no se puede estudiar la función
cerebral en un animal anestesiado”, señaló. Para combatir este problema, el
experto entrenó a su perro Callie (una mezcla de terrier negro) y otros 11
canes, para que descansaran su cabeza en una mentonera hecha a la medida y se
quedaran quietos por 30 segundos.
Tras las pruebas, los
investigadores hallaron una similitud con los humanos en la parte del cerebro
que se activa cuando nos gusta algo, como la comida, el amor o el dinero. En
los perros, aumentó la actividad de esta región cuando se exponían a alimentos
y olores de humanos conocidos. “La actividad en el caudado de los perros
aumentó en respuesta a las señales de mano que indican alimentos, ante los
olores de los humanos conocidos y por el regreso del dueño.
¿Estos hallazgos
demuestran que los perros nos aman? No del todo. Pero muchas de las mismas
cosas que activan el núcleo caudado humano, que se asocian con emociones
positivas, también se activa en el caudado del perro. Los neurocientíficos
llaman a esto una homología funcional, y puede ser un indicio de emociones
caninas”, explicó.
Esta capacidad de los
canes para experimentar emociones positivas, significa que tienen el mismo
nivel de sensibilidad que la de un niño. “Y esta capacidad sugiere un
replanteamiento de la forma en que tratamos a los perros”, expresó Berns. A
ello, añadió que “los perros, y probablemente muchos otros animales
(especialmente nuestros parientes primates más cercanos), parecen tener
emociones como nosotros”.
Fuente: Diario
Cambio
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