jueves, 24 de octubre de 2013

Transgénicos incrementan uso de pesticidas, y serían causa de enfermedades en Argentina


TIERRA DEL FUEGO | 21 DE OCTUBRE DE 2013
La producción agrícola de Argentina sufrió enormes cambios con la llegada de los cultivos modificados genéticamente en 1996. Un país famoso por la calidad de la carne de sus vacas alimentadas con pasto es hoy una nación productora de soja, maíz y algodón. La producción de soja se ha triplicado y ha convertido a Argentina en el tercer productor mundial.
Pero los pesticidas que impulsan este auge no están bien controlados y son usados de maneras que violan las leyes. Ahora médicos y científicos temen que las sustancias químicas puedan estar detrás de un aumento en la incidencia de cáncer, defectos de nacimiento y otros problemas de salud.
Aixa Cano, una niña tímida de 5 años que vive en el Chaco, una de las provincias más pobres de Argentina, nació con verrugas peludas en todo el cuerpo, una enfermedad que su madre atribuye al agua contaminada con pesticidas. Fabián Tomasi, de 47 años, nunca usó equipo protector al llenar los tanques de los rociadores de las sustancias químicas. Hoy padece de polineuropatía, un problema neurológico que lo tiene raquítico, y al borde de la muerte.
Monsanto minimiza daños
La compañía Monsanto, una de varias firmas que venden pesticidas a Argentina, dice que está trabajando con el gobierno y los agricultores argentinos para promover un mejor uso de los pesticidas. Pero una investigación de la Associated Press comprobó que los argentinos usan más del doble de los pesticidas que usan los estadounidenses por hectárea, lo que ha transformado al país en un laboratorio de lo que puede pasar con los cultivos genéticos.
En el país, los pesticidas han sido aplicados cuando sopla el viento, lo que baña viviendas y escuelas de sustancias tóxicas y contamina el agua. Los peones del campo mezclan las sustancias químicas sin supervisión, en zonas pobladas y sin equipo protector. La gente almacena agua en contenedores de pesticidas descartados, lo que pone en peligro la salud de sus familias.
El Ministerio de Agricultura dice que los crecientes reclamos de reformas provienen de gente que no entiende bien el impacto de los agroquímicos. Los médicos dicen que las nuevas normas no bastarían. Piden mejores controles del rociado y que se investigue si hay alguna relación entre el uso excesivo de agroquímicos y los problemas de salud, algunos de los cuales casi no se veían antes de que el país adoptase este nuevo modelo de cultivos.
Hasta el doble de pesticidas por hectárea
La empresa Monsanto aseguró que las cosechas modificadas genéticamente permitirían una producción más rápida y barata y con menos uso de sustancias químicas. Eso fue así al principio, pero el uso de sustancias químicas se multiplicó por ocho desde 1990 en Argentina, a medida que los cultivos se hacían más resistentes a los pesticidas y a que los agricultores los mezclaron con otras sustancias tóxicas para tratar de hacer un máximo de tres cosechas al año. Un análisis de la AP indica que los agricultores argentinos emplean el doble de pesticidas por hectárea que los estadounidenses.
Cuando son aplicados mientras sopla el viento, los pesticidas bañan edificios y contaminan el agua potable. Los peones del campo mezclan sustancias tóxicas sin supervisión, en zonas pobladas y sin usar equipo protector. La gente almacena agua en contenedores de pesticidas que son puestos a la venta cuando deberían ser desechados. 
La presidente Cristina Fernández creó por decreto una comisión presidencial para estudiar el impacto de estas infracciones en la salud de las comunidades, pero la comisión lleva tres años sin reunirse. A pesar de las crecientes denuncias, el gobierno nacional no ha tomado medidas contra un sólo agricultor que usa agroquímicos sin seguir las indicaciones establecidas por los organismos reguladores.
Impacto en la salud
La incidencia del cáncer en las regiones donde se cultiva la soja es entre dos y cuatro veces más alta que el promedio nacional. Las tasas de defectos de nacimiento en una provincia se cuadruplicaron desde 1996, hace 17 años, cuando se empezó a usar la siembra directa en boga en Estados Unidos, que emplea semillas modificadas genéticamente y pesticidas. Un estudio reveló que el 80% de los niños de un vecindario rodeado de campos en los que se usan métodos de cultivo industriales tienen pesticidas en la sangre.
Fuente: Ushuaia24 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...