Redacción del periódico El
Tiempo
COLOMBIA | 23 DE NO OVIEMBRE DE 2013
Esta semana, lejos de las
cámaras y los reflectores, comenzó a ejecutarse en Japón una colosal tarea de
ingeniería para desmantelar la central nuclear de Fukushima, cuando el operador
de la planta nuclear, Tokyo Electric Power Co (Tepco), completó la extracción
de 22 barras de combustible desde un contenedor para su posterior remoción.
Es el primer paso de un
proceso tan arduo como peligroso, en el que las barras se mueven a una
velocidad máxima de un centímetro por segundo, y que ha sido comparado con la
tarea de extraer cigarrillos enteros de un paquete arrugado. La etapa de
extracción probablemente se extenderá por años; el desmantelamiento total de la
central se llevará a cabo durante las próximas tres o cuatro décadas.
El proceso hace uso de
dos sofisticadas grúas construidas específicamente para llevar a cabo esta
operación, trasladar las barras radiactivas a un barril contenedor y moverlo
después a un depósito más seguro, situado a 100 metros del reactor. La 22 barras retiradas
son apenas las primeras de miles en el reactor 4 de la central, el único de los
afectados por el terremoto y el tsunami del 2011, en donde no se derritió
combustible, porque estaba apagado por mantenimiento. Sin embargo, fue el
escenario de una explosión de gas que debilitó su estructura.
Allí, bajo 30 metros de
agua, hay 1.533 ensambles de entre 60 y 80 barras cada uno. Son en total 400
toneladas de un material usado y altamente radiactivo. Si alguna de las barras
es expuesta al aire o si se quiebra, grandes cantidades de gases radiactivos
podrían ser liberados a la atmósfera. En los cuatro reactores
dañados de Fukushima hay unos 3.106 ensambles que deben ser removidos en su
totalidad antes de 2018. Las unidades 5 y 6 estaban apagadas, por lo que se
considera que representan un riesgo menor.
Tepco estima que la
remoción de todos las barras del reactor 4 tomará un año, aunque algunos
expertos señalan que esa es una meta demasiado ambiciosa. Tan solo transferir
este primer lote de 22 barras llevó algo más de cinco días y ahora tomará casi
una semana introducir el barril en la zona de almacenamiento común de otra
instalación, dijo un portavoz de Tepco. Movilizar las barras es urgente porque
están siendo almacenadas a 18 metros de altura en una construcción que se ha
visto muy dañada y que podría colapsar si se produce otro terremoto.
El año entrante, una
operación similar comenzará a aplicarse en el reactor 3. Probablemente en el
2017 se pueda pasar a los reactores 1 y 2. Pero incluso cuando sean extraídas
todas las barras, la tarea de retirar los fragmentos de combustible de barras
fracturadas o viejas podría extenderse hasta bien entrada la próxima década.
Por eso los críticos del proyecto cuestionan que Tepco haya acometido la tarea
de ‘decomisionar’ los reactores dañados mientras todavía lucha por contener
fugas de agua contaminada producto de radiaciones en toda la planta.
Sin embargo, Tepco no
estaba en posición de arriesgarse al colapso de una de estas estructuras. Desde
el inicio de la crisis en Fukushima, la generadora eléctrica ha reportado
pérdidas por miles de millones de dólares. Si bien la empresa decretó la
‘parada fría’ de sus instalaciones poco después del desastre, se hace necesario
desocupar los reactores y limpiar los rastros de radiactividad de la zona, que
permanece evacuada en gran parte.
Un equipo de 19 expertos
del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) visitará Japón desde
mañana y hasta el 4 de diciembre, para revisar la hoja de ruta a medio y largo
plazo para el desmantelamiento de los reactores de la central de Fukushima
Daiichi.
Evalúan reactivar par de reactores
La Autoridad de
Regulación Nuclear (NRA) de Japón inició el proceso de revisión de seguridad
para evaluar si dos reactores en otra planta de Tepco pueden ser reiniciados
por primera vez desde el 2011. La revisión afecta a los reactores 6 y 7 de la
planta atómica de Kashiwazaki-Kariwa, en la prefectura de Niigata, la más
grande del mundo, con una capacidad para generar 8,2 millones de kilovatios. El
regulador estatal se ha mostrado receloso con Tepco debido a su deficiente
gestión de la situación en
Fukushima Daiichi, y su
presidente, Shunichi Tanaka, ha advertido que si se vuelven a producir
problemas en esa planta el proceso de revisión en Kashiwazaki-Kariwa será
suspendido.
Fuente: El
Tiempo
No hay comentarios:
Publicar un comentario